SONATA DE PRIMAVERA, ÓPERA DE JORGE FONTENLA
libreto de Alejandro Fontenla



A finales de octubre de 2004 se produjo en la Sala Alberto Ginestera de Buenos Aires el estreno mundial de la ópera Sonata de primavera, música de Jorge Fontenla con libreto de Alejandro Fontenla, basada en la novela homónima de Ramón del Valle-Inclán.

El compositor en el verano de 2005 amablemente nos remitió fotografías y reseñas del estreno que, junto a un comentario musical y un perfil del autor, ofrecemos en este número a nuestros lectores.


Comentario a Sonata de primavera, ópera de Jorge Fontenla, por Melba de Ponga Andreu.

Fotografías del estreno mundial

Reseñas del estreno

Breve noticia del compositor Jorge Fontenla.

Autor e intérpretes de la ópera


Comentario a Sonata de primavera, ópera de Jorge Fontenla

Melba de Ponga Andreu

(Profesora de Música, I.E.S. Pallejà, Barcelona)


  Habiendo llegado a mis manos la partitura de la primera y hasta ahora única ópera del argentino Jorge Fontenla, consagrado compositor y director de orquesta, tengo el placer de abordar un comentario sobre la misma.
   Sonata de primavera, con libreto de Alejandro Fontenla- basado en el argumento de la novela de corte modernista de Valle-Inclán- presenta una estructura en dos actos de 15 y 13 escenas respectivamente, precedidas de sendos preludios de gran empaque sonoro a juzgar por la reducción pianística de la obra. Desafortunadamente, al carecer de una grabación no hemos podido saborear la aparente brillantez de la escritura orquestal.
   La concepción formal de la obra la enmarcaría en un terreno muy particular, huyendo de la concepción tonal decimonónica de la ópera y ubicándose en una estructura de recitativo entonado muy expresivo. Existe un desfile continuo de cambios de tonalidad ya que si el centro tonal está solapado, es difícil predecir en un momento dado si  se está realmente al final de una frase musical. Es evidente que utiliza un lenguaje atonal que manifiesta más que la ausencia de las tonalidades, la síntesis de todas ellas. El estilo tiene ciertas similitudes con ilustres composiciones europeas de principios del siglo XX, pero sin interludios instrumentales, por ejemplo, que vinculen las escenas entre sí hacia el interior del drama. La escritura busca una melodía que venga inspirada por el significado de las palabras, que forme un bloque, un todo con ellas. Los cuatro tipos de voces líricas que aparecen están siempre respaldados por un fondo orquestal continuo y exhiben su estilo prosódico en una sugerente melodía también continua.
    La expresividad del recitado en métrica libre confiere el dramatismo adecuado que requiere la obra por su argumento que rezuma tensión in crescendo.
   La acción transcurre desde dos enfoques diferentes cuando la misma persona se desdobla en dos personajes; el barítono Marqués de Bradomín efectúa las veces de narrador y  nos retrotrae al pasado evocando su juventud, que cobra vida en el papel del tenor Xavier, cuyas acciones como las del resto del elenco transcurren en presente.

   En la primera escena, y tras varios cambios de movimiento, es en el andantino donde aparece propiamente la acción, tras un preludio cuyo motivo con un cinquillo ascendente cromático, nos augura misterio y zozobra que volverá a repetirse al final del primer acto en un modo presagiador de todo el desenlace de la segunda parte de la ópera. La entrada del coro en la segunda escena permite romper brevemente el estilo silábico e introducir melismas propios del gregoriano latino. Posteriormente un interludio orquestal precederá la declamación del marqués a modo de aria y arietta, pero no en el sentido belcantista del término. Escena XXII duo Xavier-RosarioLa intervención siguiente del coro durante el cortejo fúnebre en la duodécima escena infunde un gran respeto y una emoción aparente atenuada por el diálogo paralelo de Xavier y un colegial, que cesa para dejar acabar el cortejo con repique de campanas. Es curioso que, cuando se suceden los diálogos entre presente y pasado del marqués y Xavier, se contraponen los sentimientos de culpa y esperanza respectivamente.

  Tras el arranque ascendente cromático del preludio del acto segundo se suceden unos pasajes de ritmo más dinámico, correspondientes al diálogo y el trasiego entre las hermanas. De este modo la acción se va sucediendo entre las intrigas palaciegas propiciadas por el mezquino Polonio, las arias de incertidumbre amorosa del tenor y los dúos melódicos entre Xavier y Rosario -el amor explícito de él versus el amor contenido e indeciso de ella- que culminan con el peor de los finales, truncando la vida de la hermana menor y en consecuencia elevando a un dramatismo intenso y remordimiento continuo el resto de la acción. Todo ello secundado magistralmente por la voz de la orquesta que alcanza gran protagonismo desde la solemne procesión de Semana Santa, hasta el final con la frase condenatoria y fugada del coro y el lamento desquiciado del protagonista. En definitiva, con una gran envergadura emocional que el estilo silábico puede recalcar aún más.
 

© Melba de Ponga Andreu, 2006

 
 
 
FOTOGRAFÍAS DEL ESTRENO MUNDIAL DE LA ÓPERA SONATA DE PRIMAVERA

RESEÑAS Y ARTÍCULOS SOBRE EL ESTRENO
 
 

Valle-Inclán ahora también canta

La Nación, 22 de octubre de 2004
 

Martín Liut

    Por múltiples razones, asistir al estreno de una ópera -para más datos, nacional- se ha transformado en un acontecimiento excepcional.
    El genero linco -no sólo en nuestro país- se ha cerrado sobre sí mismo. privilegiando un repertorio cristalizado en un puñado de autores que les garanticen a los teatros de ópera un hipotético favor del público. Pero esto no quiere decir que no se siga componiendo ópera. En todo caso, especialmente en la Argentina, esto ha devenido en una empresa de corte quijotesco.
    Uno de estos luchadores contra los molinos de viento es Jorge Fontenla. Luego de una vida dedicada a la dirección orquestal y al trabajo como maestro interno del Teatro Colón, el compositor decidió, por fin. escribir su primera opera.
Jorge Fontenla durante el ensayo    En dialogo con La Nación, Fontenla confirmó que lo hizo como consecuencia de un «proyecto de larga data, un anhelo personal», y aun a pesar de que durante los dos años de trabajo que le demandó no tuvo el aliciente de saber que su ópera Sonata de primavera, basada en la novela homónima de Ramón del Valle-Inclán, sería estrenada.
    Cuando Fontenla se había resignado a dejar su obra para la posteridad, le llegó el llamado de Eduardo Rodríguez Arguibel, director del Teatro Argentino de la Plata. «Arguibel había escuchado una selección al piano que habíamos hecho en el Salón Dorado y se animó», dice Fontenla, que asegura que el gesto, además de un halago, significó no tener que hacerlo pasar por el clásico «trajín de antesala» para convencer a quien fuera para lograr hacer oír su obra.
    Pasado manana, entonces, en el Teatro, Argentina de La Plata, se podrá apreciar por primera vez el trabajo que Fontenla escribió tras cuatro décadas de experiencia en el campo sinfónico y operístico.
    Las autoridades del teatro platense decidieron acompañar el acontecimiento con una apuesta fuerte: tanto la función de este domingo como la del sábado próximo serán con entrada gratuita.

En busca de un autor

    Fontenla cuenta que Ilegó a Valle-Inclán y su Sonata de primavera gracias al interés por la literatura española que comparte con su hijo, Alejandro. Fue precisamente Alejandro, licenciado en Letras, quien le acercó la obra, y fue además el encargado de la confección del libreto.
    «Hay una cuestión de sangre y afectiva -comenta Jorge Fontela-. Por ejemplo, mi padre vivió a 6 kilómetros de la casa de Valle-Inclán. Un viaje a España, y en especial a Galicia, me terminó de convencer».
    La acción transcurre durante la Semana Santa en Liguria, cuando todavia era una ciudad pontificia, a mediados del siglo XIX. Definido por Alejandro Fontenla como «un escenario de claroscuros, se pone en contraste la severidad del canon religioso frente a los impulsos del culto mundano, como marco a la historia trágica que alli tendrá lugar». Para llevar al teatro musical esta historia, Fontenla se valió de su experiencia en la materia. «Mi música, de alguna manera, tiene influencia de mi contacto diario con el repertorio lírico durante tantos años».
    Jorge Fontenla utilizó una escritura vocal prosódica, cuyo origen se encuentra en Boris Godunov. «Es una nota para cada sílaba. No hay melismas, lo que hace que toda la ópera sea un recitativo entonado, pero no seco sino expresivo, que acompaña la acción». Para el compositor, el texto y su acción dramatica le requirieron este tipo de escritura, en el que, segan aclara, «la línea vocal está muy cuidada, no maltrato la voz. Lo complicado para ellos fue la metrica libre».
    En cuanto a lo musical en sentido más amplio aplicó diversas técnicas compositivas: «No tengo un único estilo, sin aventurarme en los de vanguardia, que no domino. A veces me definen como impresionista, pero son opiniones un poco superficiales. Sé que soy de ascendencia latina, no puedo ser alemana ni rusa ni checa». Director de orquesta al fin, Fontenla le reserva un espacio importante en su ópera. «La orquesta es un personaje más, se pliega a la palabra y tiene sus picos de expresión propia: cada acto tiene su preludio; hay un par de escenas de orquesta sola y una de orquesta y coro», adelanta.
    Para el estreno de Sonata de Primavera, Fontenla tiene a Constantino Juri a cargo de la régie; preparó a un destacado y joven doble elenco vocal, integrado por Norberto Marcos como el marqués de Bradomín; Christian Casaccio (24) y Nazareth Aupfe (30) como Xavier; Cecilia Layseca (24) y Susana Moreno (30) como Rosario; Luis Alberto Jáuregui Lorda (24) y Sebastián Sorarrain (30) como Polonio; Gloria Sopena (24) y Roxana Deviggiano (30) como Princesa; Sonia Stelman (24) y Ana Laura Menéndez (30) como Lorencina; Celina Torres (24) y Monica Sardi (30) como Antonina, entre otros.
 
 

El estreno de Sonata de primavera

La prensa, 26 de octubre de 2004
 

Néstor Echevarría

Sonata de primavera. Opera de Jorge Fontenla. Libro y dirección: Alejandro Fontenla. Regie: Constantino Juri. Dirección del coro: Luis Clemente. Escenografía: Jorge y Natalia Abot. Vestuario: Cristina Pineda. Cantantes: Norberto Marcos, Christian Casaccio, Cecilia Layseca, Pilar Aguirre, Maria Laura Menéndez, Alberto Jáuregui Lorda y otros. Coro y orquesta estables del teatro Argentino de La Plata. Argentino de La Plata, el domingo 24.

    Un hecho edificante lo constituye la incorporación de nuevos aportes al patrimonio operístico argentino. El teatro Argentino de La Plata ha programado para la presente temporada el estreno absoluto de Sonata de primavera, una opera compuesta por Jorge Fontenla sobre la novela homónima del poeta gallego Ramon del Valle-Inclán (1866-1936), en una adaptation que estuvo a cargo del hijo del compositor, Alejandro Fontenla.
La acción argumental transcurre durante Semana Santa en una ciudad pontificia, Ligura, a mitad del siglo XIX, presentando cierta visión de contraste entre el ceremonial religioso y las realidades mundanas, desembocando la trama, finalmente, en una tragedia.

Recursos teatrales

    La transposición al lenguaje operístico realizada por Fontenla se presenta en una estructuración de dos actos, de duración casi equivalente, de una hora cada uno, divididos en total en veintiocho escenas relativamente cortas, que van fragmentando la partitura y van generando breves intervalos de silencio para cambios de decorados. Si Bien este procedimiento, analizado teatralmente, muestra la secuencia de episodios, variando momentos y escenas de la trama, tiende a fragmentar el discurso musical quitándole cierta ilación.
    Por otra parte, es desde el punto de vista de la partitura donde se advierte el mayor aporte del compositor, por el dominio de recursos adquiridos en su trayectoria musical, manejando el organismo orquestal con eficacia en cuanto a timbres, efectos instrumentales y armónicos. En tanto, el lenguaje del canto se vuelve un tanto reiterativo en los recitados entonados, aproximándolos a la salmodia. Resulta especialmente destacable en lo compositivo la escena final, donde el coro va expresando sus frases condenatorias en una lograda fusión con los efectos orquestales.
Un loable trabajo orquestal con la directión del autor se vio complementado por el coro preparado por Luis Clemente, y la labor de los solistas, desde Norberto Marcos como Bradomín, eficiente en su declamación narrativa, hasta el correcto desempeño de Christian Casaccio, la grata emisión vocal de Cecilia Layseca y el expresivo trabajo de Alberto Jáuregui Lorda, en un nutrido elenco que comprende tambien a Gloria Sopena, Ana Laura Menéndez, Fernando Núnez y otros mas.

Una puesta seria

    La puesta escenica contó con el aporte y la experiencia de Constantino Juri para generar el clima y la expresión de los momentos episódicos sobre la base de una escenografía sintética, de escasos elementos corpóreos complementada por algunos bocetos y pinturas, de Jorge y Natalia Abot. En tanto, los diseños de la vestuarista platense Cristina Pineda mostraron adecuación contextual.
    El público, que tuvo acceso en forma libre al espectáculo, adhirió con su aplauso a este esfuerzo emprendido por el teatro platense al incorporar este estreno nacional en su temporada. La próxima función sera el sabado.
 
 

El marqués de Valle-Inclán

EFE y La prensa, 26 de octubre de 2004

    E1 marqués de Bradomín, el Don Juan «feo, católico y sentimental» creado por Ramón Maria del Valle-Inclán, tiene voz gracias a la primera ópera basada en una de las Sonatas del escritor espanol, que el domingo se estrenó mundialmente en el Argentino de La Plata, con música de Jorge Fontenla y libreto de Alejandro Fontenla, padre e hijo.
    Fontenla, músico y director de orquesta de larga trayectoria, eligió a Valle-Inclán (1866-1936) para su primera ópera por una cuestión de «sangre y afecto», además de la admiración por su literatura. El padre de Fontenla nació y vivió en la zona de Villagarcía de Arosa, muy cerca de donde el autor de Tirano Banderas y Luces de bohemia tenía sus lares en Galicia, en el noroeste de Espana.
    «Era un anhelo que yo tenía. A mí y a mi hijo nos entusiasmó la lectura de las Sonatas. Elegimos la primera y nos pusimos manos a la obra», explica Fontenla.
  Sonata de primavera se desarrolla en una ciudad denominada Ligura a mediados del siglo XIX durante los días de Semana Santa, en un escenario de claroscuros que combina la severidad del canon religioso con la sensualidad y los impulsos de la came.
    El nudo de la historia es el trágico intento del marqués de Bradomín por conquistar el amor de Rosario, una joven de la nobleza pronta a tomar los hábitos, cuya hermana pequena, Nieves, muere accidentalmente como si se tratase de una sanción divina
 
 

Retrato Cantado

 Ñ, Clarín, 29 de octubre de 2004.
 

Sandra de la Fuente

 E1 retrato del gallego romántico monárquico, mundano y donjuanesco Marqués de Bradomín -personaje creado por la pluma del modernista escritor español Ramón Valle-Inclán y Montenegro- ha sido retomado por Alejandro y Jorge Fontenla (libretista y compositor, respectivamente) para la creación de una ópera. Sonata de Primavera se estrenará mañana, en el Teatro Argentino de La Plata. a las 17.00. «Es una adaptación teatral con vistas a ser cantada. Mi hijo y yo hemos discutido mucho sobre el modo musical en que estos textos deberían volcarse -comenta el compositor Jorge Fontenla-. La palabra cantada tiene muchas exigencias de confección porque puede durar cuatro veces lo que la palabra estrofa».

© Pepe Mateos-¿Cómo trabajó con su hijo en la creación de esta ópera?
-Alejandro leyó toda la obra de-Inclán antes de ponerse a trabajar en esto. Una vez que me entregó su libreto, me encerré durante un año, suspendí todas mis actividades y me dediqué a escribir esta ópera. Al año siguiente me dediqué a copiarla- el trabajo más duro y más ingrato.

-¿En qué estilo podría encuadrarse la música que ha escrito?
-Está escrita en un lenguaje universalista. Los compositores tenemos que optar entre una música de identidad nacional y una música de identidad universal. Hago las dos cosas. Pero esta obra está escrita en un lenguaje universalista. Uso una gama de recursos muy amplia. No me encierro en un estilo ni en una escuela. Pero podría decirle que en la escritura hay resonancias de Honegger. Disfruté mucho dirigiendo su Juana de Arco en la hoguera. Tengo una idiosincrasia cultural muy latina y no sólo me interesa lo español sino también lo italiano y lo francés. No podría expresarme en estilo germánico o ruso, porque desafiaría a mi propia naturaleza.

- ¿Cuál es el estilo vocal de la obra?
- No el melismático, el característico de la ópera tradicional, sino el prosódico, es decir, cada sílaba una nota. Es una melodía continua de principio a fin.

-¿La orquesta utiliza el recurso del leit motiv?
Sí, uso todos los recursos de un compositor contemporáneo: la atonalidad, la politonalidad: la modalidad y especialmente el pantonalismo que es mi sistema preferido. Me manejo con una libertad tonal incesante, ando de un lado para otro pero apoyado siempre en dominantes; como las dominantes son acordes fuertemente tonales, da siempre la sensación de que la música que suena es tonal, pero en realidad no lo es: nunca se sabe en qué tono está. El pantonalismo da lo que el hombre de la calle necesita de la música contemporánea: sentir que está caminando sobre tierra firme. Pero no me interesa hacer una obra que no tome riesgos, que no incluya novedades.

-Va a dirigir en el Teatro Argentino, dirigió en Córdoba. ¿Por qué hace ya muchos años que no dirige en el Teatro Colón?
 -Me alejé porque me vi obligado a pasar por la mala experiencia de dirigir la reposición del Fausto de Gounod sin ensayo completo. Entonces, tuve un estrés tan espantoso que estuve tentado de cerrar la partitura e irme. Hubiera representado mi muerte civil y por eso no lo hice, pero decidí no volver a exponerme.
 
 

En honor a Valle-Inclán

MANANA, SONATA DE PRIMAVERA EN EL ARGENTINO DE LA PLATA

La ópera, compuesta por Jorge Fontenla, basada en la novela del escritor español, se representa con entrada libre.

    La ópera Sonata de primavera, compuesta por Jorge Fontenla sobre un libreto de su hijo Fernando Fontenla, tendrá una segunda y última representacion este sábado a las 20.30 (con entrada libre y gratuita) en el Teatro Argentino de La Plata, con dirección del autor, régie de Constantino Juri y un reparto encabezado por Norberto Marcos, Christian Casaccio, Nazareth Aupfe, Cecilia Layseca, Susana Moreno, Luis Jauregui Lorda y Sebastian Sorarrain. La producción, íntegramente realizada en los talleres de la Ópera platense, lleva escenografía de Jorge Abot, vestuario de Cristina Pineda e iluminación de Constantino Juri y Alejandro Zappitelli. El Coro es preparado por Luis Clemente.
    Sonata de primavera está basada en la novela homónima de Ramón del Valle Inclán. La historia se desarrolla en una Semana Santa de la ciudad de Ligura, a mediados del siglo XIX, y plantea un conflicto entre la severidad de la norma religiosa y el impulso mundano, centrado principalmente en la figura del marques de Bradomín.
«Cuando mi padre me encargó un libreto para una ópera –explica Fernando Fontenla– pensé de inmediato en la Sonata de primavera. Primero hice una transposición de lenguajes, de la novela hacia el libreto, pasando por el teatro. Y al cabo tenía ante mí una gran libertad de opciones para lograr "mi" versión. Todo en Valle Inclán contagia libertad y promueve la libertad. Sin embargo mi elección más profunda fue respetar su letra y su espíritu. Valle-Inclán quiso despedirse de un mundo que consideraba anacrónico y que sin embargo amaba. Y en su obra pude proyectar mis propias sensaciones frente a tantas cosas que ya no están pero quedan, algunas en la memoria, algunas en el arte. Ser fiel a Valle Inclán fue la forma de ser fiel a mi mismo».
 
 

Fontenla se luce con su opera

La Nación, 30 de octubre de 2004
 

Héctor Coda

Sonata de primavera, ópera de Jorge Fontenla, con libreto de Alejandro Fontenla, sobre la novela de Valle-Inclán. Con el Coro (dirección: Luis Clemente) y Orquesta Estable del Teatro Argentino, dirigidos por Jorge Fontenla; régie de Constantino Juri; escenografía de Jorge Abot y Natalia Abot; vestuario: Cristina Pineda; iluminación: Constantino Juri y Alejandro Zappitelli. Cantantes: Norberto Marcos, Christian Casaccio, Gloria Sopeña, Cecilia Layseca, Pilar Aguirre, Alberto Jáuregui Lorda, Carlos Iaquinta, Ana Laura Menéndez y Celina Torres, entre otros. En el Teatro Argentino de la Plata. Hoy, a las 20,30, última función.

    Llevar a escena una obra como ésta no es tarea menor, sobre todo cuando Valle-Inclán hunde el escalpelo en la sociedad de mediados del siglo XIX, en la ciudad pontificia de Ligura, en la que la fiel observancia del culto religioso se prolonga en el recato y los gestos mínimos de la vida social. El libreto que realizó Alejandro Fontenla recorre prolijamente las alternativas de la obra.
    El enfrentar el amor a Dios con la visión profana del amor humano no será tarea sencilla para el marqués de Bradomín, quien en su vejez evoca un episodio donjuanesco de su juventud. En sus años mozos, cuando era Xavier, se había impuesto seducir a una futura novicia (Rosario) que tenía data y firme determinación sobre su vocación religiosa. Las múltiples vicisitudes de esta historia han llevado a sus realizadores a fragmentar la acción de dos actos en veintiocho escenas. Aun resuelto este escollo con agilidad por los escenográfos Jorge y Natalia Abet gracias a decorados y estructuras que descienden sorpresivamente sobre el escenario, no se pudo evitar que su reiteración fatigara la atención del espectador. El movimiento escénico, empero, fue un aspecto sumamente cuidado por el regisseur Constantino Juri, lo cual, sumado a la reconstrucción de época, el buen gusto del vestuario y los colorer realzados por una atinada iluminación hacen que Sonata de primavera, con una partitura digna de encomio se convierta en un espectáculo lírico digno de verse.
    En cuanto a las votes, cabe mencionar el excelente desempeño de Norberto Marcos (Bradomín), por los tonos evocativos que poseyó su voz como hilo conductor del relate; así como efectivo resultó el desempeño de Christian Casaccio (Xavier) con muy buen movimiento escénico y convincente expresividad en su acecho y seducción de Rosario (Cecilia Layseca), quien a pesar de su desempeño escénico no convenció esta vez vocalmente. El papel de la Princesa Gaetani, confiado en la noche del estreno a Gloria Sopena, fue uno de los mejor logrados en cuanto a composición psicológica, expresión vocal y movimientos escénicos. Alberto Jáuregui Lorda (Polonio) realizó una creación escénica de su papel y canto con expresión convincente. laquinta resultó siempre eficaz. Ana Laura Menéndez y Cecilia Torres cantaron sus papeles con corrección. Susana Paladino (Bruja) y Tomas Mirko (Capuchino) estuvieron sumamente acertados. Cabe señalar que la partitura orquestal compuesta por Jorge Fontenla, una de las obras mejor elaboradas del compositor tiene por virtud responder a la perfección a los fines que la inspiraron. es música que posibilita una cantabilidad rica y expresiva, y su traducción por la Orquesta Estable del Argentina -dirigida por el propio compositor- estuvo en todo momento a la altura de esas calidades. lo mismo que el coro preparado por Luis Clemente.
 
 

Argentinische Oper

Argentinisches Tageblatt, 30 de octubre de 2004
 

E.A.A.

Welturaufführung von Sonata de Primavera von Fontenla in La Plata

    Die Aufführung einer abendfüllenden argentinischen Oper hat an sich schon Seltenheitswert; Theaterleiter aller Welt pflegen mehr oder weniger immer dieselben Opern zu wählen, deren Melodien die „Fans” bereits auswendig kennen, und versuchen nach Möglichkeit, jedwedes Risiko zu vermeiden. So war es um so erfreulicher, die Oper Sonata de Primavera, die der Dirigent, Komponist, Pianist und Dozent Jorge Fontenla nach zweijähriger Arbeit auf Anregung des Direktors des Teatro Argentino von La Plata, Eduardo Rodriguez Arguibel, komponiert hat, in diesem modernen Musentempel erleben zu können. Das Libretto lieferte der Literat Dr. Alejandro Fontenla, Sohn des Autors, nach einem Text des galizischen Dichters Ramón del Valle Inclán.
    Die tragische, mythisch-religiöse Handlung wickelt sich während der Heiligen Woche in Ligurien im 19. Jahrhundert ab und hat die Diskrepanz zwischen der Strenge religiöser Kanons und dem Impulsen moderner Glaubensgepflogenheiten zum Thema.
    Fontenla, selber galizischer Herkunft, der auf eine über 40-jährige Erfahrung als Dirigent und Komponist zurückblicken kann, meisterte die melodische Satzweise der Vokalpartien insofern vorteilhaft, als er jede Silbe stets auf eine Note fallen lässt, jede Art melismatischen Vortrags vermeidet und die menschliche Stimme weitgehend schont. Dadurch ist zwar jedes Wort gut zu verstehen, aber es entsteht eine Gleiehförmigkeit, die es nicht zulässt, die verschiedenen Charaktere musikalisch zu individualisieren. Ein äuBerst wichtiger Part wird dem Orehester überlassen, das die zauberhafte, impressionistisch gefärhte, von nur vereinzelten dramatischen Höhepunkten durchsetzte Musik klangschön zu Gehör brachte.
    Besonders gut gelungen das Vorspiel zum zweiten (und letzten) Akt, die eindrucksvolle Musikbegleitung der Prozessionen und die dramatischen Schluss-Szenen.
    Etwas störend wirkten allerdings die allzu häufigen Szenenwechsel, die zwar nur wenige Sekunden während, den Ablauf des Bühnengeschehens jedoch jedesmal ins Stocken bringen.
    Die 16 agierenden Personen hatten denn auch kaum Schwierigkeiten, ihren Part.zu erlemen; nur die vielen variablen Metern machten ihnen einige Sorgen. Sic waren teilweise vom Komponisten selber am Klavier korrepetiert worden. Besonders hervorzuheben sind die vorbildliche schauspielerische und vokale Verkörperung ihrer Rollen seitens der Hauptdarsteller: Norbeto Marcos (Brandomín), Christian Casaccio (Xavier), Gloria Sopena (Prinzessin), Cecilia Layseca.(Rosario), Pilar Aguirre (Nieves) und Alberto Jáuregui Lorda (Polonio) sowie die übringen Mitwirkenden.
    Jorge Fontenla war als Autor und Dirigent verständlicherweise der ideale Interpret seines Werkes. Die Regie von Constantino Juri ging makellos vonstatten, die asketischen Bühnenbilder von Jorge und Natalia Abot eher primitiv (man hätte beispielsweise mit Lichtspielen und Projektionen weit überzeugendere Ergebnisse erzielen können), die Chöre (Leitung: Luis Clemente) tadellos. Das volle Haus belohnte die Künstler mit lang anhaltenden Beifallssalven.
    Heute abend findet die letzte Aufführung statt.
 
 

Culture & Entertainment

Buenos Aires Herald, 30 de noviembre de 2004

    It is always a risky endeavour to present a new full-length Argentine opera. Young composers generally have little affinity with the genre and scarce knowledge of its tradition. But veterans were given true preparation and know the difference between a vocal and an instrumental line. They generally opt for a traditional teatrical structure, and often are also traditional in their musical language. A case in point is Jorge Fontenla, now septuagenarian. His
career has been important and varied: a fine pianist in his early years, a valuable and underrated conductor who programmes always wisely and innovatively, a builder and founder of orchestras, a talented and dedicated professor, and a creator of scores of admirable artisanship within conservative aesthetics. It's a dilemma nowadays: you listen to a piece that you like, it has fine ideas, but it was written now and it sounds like 1910; do you discard it dialectically, or do you just enjoy it? More and more, I'm inclined to the second answer.
    All this is by way of introduction to Sonata de primavera, an opera Jorge Fontenla elaborated during several patient and hopeful years. The libretto by his son Alejandro Fontenla follows faithfully Ramón del Valle-Inclán's admirable novella, which transports us to an Italian pontifical city and tells a story of ambiguous eroticism in a religious context. There are perhaps too many scenes and changes; maybe some orchestral interludes should have been composed. The main defect is the absence of real arias and duets, the action moves in recitatives approaching arioso from time to time, which makes for monotony; surely the text allowed more lyrical expansion. The orchestral writing is very good, however, and the choral episodes sound quite evocative.
    The opera was presented only twice. Of course Fontenla conducted, and the orchestra responded well. The excellent chorus was in the safe hands of Luis Clemente. Octogenarian producer Constantino Juri did a careful staging except the botched death of the child Nieves, crucial in the resolution. I found the stage designs of Jorge'and Natalia Abot quite interesting in their combination of figurative and abstract, and there were adequate costumes by Cristina Pineda.
    Two singers were especially good: Norberto Marcos as the elder Marqués de Bradomín and Alberto Jáuregui Lorda as the wily and strange Polonio (very well acted). Christian Casaccio was correct but too colourless as the young Bradomín, Xavier. Cecilia Layseca was expressive as Rosario but Gloria Sopeña sounded opaque as the Princess. There were good jobs from Susana Paladino (Witch), Mirko Tomas (Capuchin), Carlos Iaquinta, Sonia Stelman, Celina Torres and Fernando Núñez.
 

BREVE NOTICIA DEL COMPOSITOR JORGE FONTENLA

Jorge Fontenla

Compositor, autor y director de orquesta

    Nació en Buenos Aires y estudió en el Conservatorio Nacional, del que egresó a los diecisiete años de edad con el título de Profesor Superior de Piano. Durante tres lustros ofreció numerosos conciertos como recitalista y como solista en conciertos sinfónicos. Ejecutó veintitres obras para piano y orquesta, bajo la dirección de Lamberto Baldi, William Walton (de quien estrenó su Sinfonía para piano y orquesta), Felix Prohaska, Alceo Galliera, Franco Autori, Frieder Waissman, Hermann Scherchen, Carlo Cillario, Ferruccio Calusio, Hebert Albert, Olgerts Bistevins, Teodoro Fuchs, Washington Castro, Carlos Chávez, Fritz Mahler, Pedro Valenti Costa y Juan Emilio Martini, entre otros.
    Fue pianista fundador de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y el Círculo de Críticos Musicales de Buenos Aires lo distinguió con la mención al Mejor Instrumentista Argentino de 1955-1956 por sus versiones de Paul Dukas y de la obra compteta de Maurice Ravel.
    En las últimas cuatro décadas se consagró a la dirección orquestal y actuó al frente de todas las orquestas argentinas y de las más importantes de Uruguay, Chile, Perú, Brasil, Colombia, Guatemala y Costa Rica. En el Teatro Colón dirigió en diversas oportunidades conciertos, espectáculos coreográficos y líricos.
    Entre las principales obras que dirigió se cuentan Romeo y Julieta (Prokofiev); La hora española, Daphnis et Chloe y L'enfant et les sortilèges (Ravel); La novia del hereje (De Rogatis), Ollantay (Gaito), El caso Maillard (García Morillo), La finta giardiniera (Mozart), La pasión según San Juan (Bach); Elías y Sueño de una noche de verano (Mendelssohn); Dido y Eneas (Purcell), Manon (Massenet), Romeo y Julieta (Berlioz), Te Deum (Bruckner), Sinfonía de los salmos (Stravinsky); Choros N° 10 y Mandú-carará (Villa-Lobos); Las nueve sinfonías de Beethoven; El murciélago (Strauss); Juana de Arco en la hoguera (Honegger), Psalmus Hungaricus (Kodaly), De tierra gallega (Castro); La viuda alegre y El conde de Luxemburgo (Lehar); Peer Gynt y Bergliot (Grieg); L'enfant prodigue y La damoiselle elue (Debussy); Réquiem alemán y Canto del destino (Brahms); Réquiem (Fauré); Las campanas y La primavera (Rachmaninov); Tres pequenas liturgias de la presencia divina (Messiaen) y toda la creación sinfónica de Ravel.
    En 1970 ofreció junto a Friedrich Gulda los cinco conciertos para piano y orquesta de Beethoven y bajo su dirección actuaron prestigiosos solistas, entre ellos Abbey Simon, Andor Foldes, Martha Argerich, Paul Badura Skoda, Franco Gulli, Bruno Gelber, Georgy Cziffra, Manuel Rego, Philippe Entremont, Roberto Caamaño, Pía Sebastiani, Byron Janis, Rubén González, Uto Ughi, Eric Heidsieck, Fausto Zadra, Ralph Votapek, Ruggiero Ricci y Christine Walewska.
    Durante seis años ocupó la dirección de La Orquesta Sinfónica de la Universidad National de Cuyo de Mendoza. Fue director fundador de La Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan y director titular de las orquestas Sinfónica Nacional, Estable del Teatro Colón, Provincial de Bahía Blanca y Filarmónica de Mendoza.
    Como compositor es autor de treinta y nueve obras incluidas en programas de Claudio Arrau, Byron Janis, Willem van Otterloo, Nikolai Malko, Rudolph Firkusny, Washington Castro, Ferruccio Calusio, Pedro Ignacio Calderón y propios. En tal carácter obtuvo premios nacionales, municipales y de asociaciones privadas.
    Fue distinguido con el Gran Premio SADAIC 1997, el premio Konex a uno de los cinco mejores directores de la década 1990-2000 y el premio del Fondo National de Las Artes 2003 a la trayectoria musical.
 
 
 

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                                                                                                                                                                                     El Pasajero, núm. 22, estío 2006