El  esperadísimo inesperado año Valle-Inclán

por Josefa Bauló


    No se trata de ningún error. El título que leemos arriba es el que es, no es broma ni contradicción puesto que, sin que se deba a algún oportuno centenario, sin que ninguna institución tenga a bien autopromocionarse con ello, o al menos eso quiero creer, el año 2005 se está convirtiendo en un año Valle-Inclán entre la sorpresa y el agrado de los seguidores del escritor gallego, de su teatro y del teatro en general.

    Primero fue Gerardo Vera, el director del Centro Dramático Nacional, el que anunciaba dentro de la nueva temporada la puesta en escena de Cara de plata, uno de los títulos de la trilogía Comedias Bárbaras, dirigida por Ramón Simó. Seguirán, si nada lo estorba, Divinas palabras dirigida por el propio Vera y El trueno dorado con Sanchís Sinisterra a la batuta. El director se mostraba, en varias declaraciones a los medios, dispuesto a subsanar el semi-olvido en el ha permanecido la figura de un gran dramaturgo como Valle.
Uroc Teatro La Rosa de papel
   Paralelamente Uroc Teatro estrenaba en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, que cumple su 125 aniversario, dos obras breves pertenecientes al Retablo de la Lujuria, la Avaricia y la Muerte: Ligazón y La rosa de papel. Su director ha sido Juan Margallo. RetabloPero el Retablo consigue hacer doblete este año gracias a la iniciativa del centro de producción teatral Territorio de Nuevos Tiempos (TNT). Este centro, en colaboración con el grupo Atalaya, un veterano en montajes de Valle gracias a la adaptación de Divinas Palabras mantenida en cartel durante muchos años, ha organizado un laboratorio de actores del cual han de surgir los protagonistas del nuevo montaje a las órdenes de Alfonso Zurro.

    En el momento de escribir esta pequeña introducción se acaba de estrenar en el Teatro Español, por cuenta y riesgo del responsable de la sala Mario Gas y por obra y gracia del director Ángel Facio y su compañía, Romance de Lobos. Son treinta y seis actores los que, encabezados por Manuel de Blas, salen a escena dispuestos, una vez más a representar al «irrepresentable» Valle-Inclán, un sanbenito que empieza a quedar sin sentido.

    A continuación hemos querido reunir, para la comodidad de investigadores y público interesado en general, las reseñas, entrevistas, críticas que han aparecido en internet sobre los mencionados estrenos. Como siempre sucede con los textos periodísticos, las informaciones son fruto de la inmediatez  y, en alguna ocasión, contienen inexactitudes como la de cambiar El trueno dorado por El trono dorado o la de dar por sentado que la obra iniciará una gira por toda España.
 

 

CARA DE PLATA. LIGAZÓN. LA ROSA DE PAPEL.

Medio: EL PAÍS. Espectáculos.
Fecha: 17-01-2005
Título: «"Cara de Plata" Curas, putas, escopetas, vino»
Autor: Eduardo HARO TECGLEN

Valle-Inclán fue escritor de muchos estilos: en las tres Comedias bárbaras -que llegaron a ser representadas en este mismo escenario juntas- planteaba el tema del feudalismo agrario, gallego, con ese idioma propio que hacía que el castellano sonase a gallego. Montenegro es el señor bárbaro, y no era una figura histórica, sino que aún existían los aristócratas cuyo pazo -palacio- era al mismo tiempo un fuerte.
Cara de Plata es la primera de las tres obras que forman esta dura historia; pero, cronológicamente, es la última de la serie: el final, la decadencia. Arranca con una revuelta de irmandiños a los que el señor impide el paso por sus tierras para abrevar el ganado: el director Ramón Simó los presenta todos con paraguas, con proyecciones de caballos y vacas, en un decorado inquieto de un país montañoso y abrupto; sus elementos se mueven continuamente. No sé si Valle- Inclán tendría base en la revuelta de los irmandiños -hermanitos- de mediados del siglo XV, que empezaron contra un señor feudal y contra su hijo bastardo y llegaron a dominar Galicia durante unos años: las figuras del coro de arranque de esta versión, con sus paraguas y sus impermeables o casacas del color pardo de la tierra gritan sus maldiciones y sus vaticinios: «A esta casta de renegados la hemos de ver sin pan y sin tejas. ¡Adarves más altos han caído!». Esta palabra, adarve, es arcaica (del árabe: dar, puerta; casa de puertas cerradas, amurallada, un fuerte), y como éstas hay muchas en el texto; algunas inventadas, otras fronterizas galaico-leonesas, dentro de una sintaxis también arcaizante.

De la misma manera, Valle escribiría sus Luces de bohemia con acentos de sainete madrileño y conversaciones de intelectuales nocherniegos; y otras con un humor sin tierra. Paraguas, ganado, gritos de odio, amenazas, gritos de que el mundo está para acabarse, trasuntos del diablo, curas de trabuco y vino y mozas y cartas de baraja se amontonan con gran satisfacción del director y la figurinista, que buscan así añadir su expresión a la del autor.

Frialdad
No les es muy fácil: algo de frialdad atraviesa todo, un algo ñoño de pudor en los desnudos, senos y nalgas que hurtan de perfil y en instantes su presencia al espectador, mientras el diálogo se hace directo, y un cura saca su pistola y otro apunta y dispara con su escopeta de cazador, cuando en el texto se refiere a su trabuco de boca acampanada; el cura trabucaire, tan citado en la literatura histórica (aunque la palabra sea catalana, se daba en Castilla y en Galicia); en defensa de su sobrina y ahijada del feudal, que se la lleva cuando todos giran en torno a la doncella, otro símbolo de la pureza, naturalmente vestida de blanco entre todos los enlutados que la rodean; y luego de negro ella misma cuando pierde lo que Valle llama su flor; toda alusión al tópico popular está tratada y pasada por su estilo.
Hay escenas de orgía de pueblo, curas y putas, bandidos y sacristanes, vino corriente, orujo, y se quedan frías. Demasiada coreografía; diría yo que demasiada dirección, demasiada colocación de las figuras y de su movimiento de bailoteo. No siempre sienta bien a los actores: si algunos de ellos son de alta categoría escénica, y los demás no desmerecen, algo pasa que las figuras no trascienden ni en su enormidad ni en su bajeza. Ni trasciende, por mucho que se insista en ello en algunos comentarios, la lucha de clases, la revuelta del pobre aplastado por el rico: es una obra instintiva, de vino y sexo, primitiva. Al titular su trilogía Comedias bárbaras, Valle estaba definiendo el fondo de lo que describía, y que hasta entonces era inédito en el teatro español.
Tuvo aplausos intensos del público del estreno, tuvo salidas de los actores y de los creadores. El recuerdo del gran escritor nos dominó a todos

 
 

Medio: El Cultural
Fecha: 13-19 enero 2005
Título: «Más luz sobre Valle»
Autor: Javier VILLÁN

Chete Lera y Bárbara Goenaga en Cara de PlataEl Centro Dramático Nacional estrena el 13 de enero uno de los platos fuertes de su programación, Cara de plata, un montaje protagonizado por Chete Lera y dirigido por Ramón Simó que recupera uno de los textos más sugerentes de Valle Inclán. Su estreno coincide con el de Ligazón y La rosa de papel, en la sala Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, con Juan Margallo en la dirección. El crítico Javier Villán repasa la génesis de las tres piezas y analiza el impacto de su obra en su tiempo y los motivos por los que fue tan controvertida.

El año 2005 ha empezado con una oleada valleinclaniana sin que medie, según creo, celebración o aniversario. Margallo, con su teatro Uroc, recupera en el Bellas Artes un montaje de Ligazón y La rosa de papel que hace veinte años hizo con el Gayo Vallecano; y el Centro Dramático Nacional trae al María Guerrero, y dirigida por Ramón Simó, Cara de plata, la bárbara y abrupta historia del hermoso segundón, cómplice de su padre, don Juan Manuel de Montenegro, en las querellas con el Abad de Lantañón, y rival en los malditos amores de Sabelita.

Durante mucho tiempo el teatro de don Ramón del Valle Inclán fue considerado un ejercicio literario irrepresentable. Todavía, hace apenas cuarenta años, Carlos Luis Álvarez, Cándido, certificaba desde la autoridad de las páginas de abc que el teatro de Valle Inclán estaba muerto y bien muerto. No hay que asombrarse; la autoridad intelectual de Ramón Sender había ido más lejos: «en verdad el teatro de don Ramón no es teatro» (Valle Inclán y la imposibilidad de la tragedia). Para Ramiro de Maeztu la fórmula del esperpento era «tan abominable (moralmente) como amena». Lo cual suscita complicadas reflexiones sobre la enrevesada y sospechosa relación que Maeztu pudiera establecer entre inmoralidad y amenidad. En el rechazo del teatro de Valle lo que, a la postre, contaba no era una estética sino una ética: la implacable visión crítica del esperpento sobre los males de España. Esa mirada sólo ha sido superada, y acaso ni eso, por las novelas de El Ruedo Ibérico. Algo tienen de esperpento, aunque no sean esperpento puro, Cara de plata (Teatro María Guerrero) y Ligazón y La rosa de papel (Círculo de Bellas Artes); su exageración, su trazo grueso. La genialidad de Valle radica no sólo en haber pasado a los héroes clásicos por los espejos deformantes del Callejón del gato; radica en ser el inventor de esos espejos.
De Valle no molesta su inicial carlismo estético; irrita su posterior anarquismo revolucionario, el airado vindicador que proponía fusilar a los Quintero e instalar la guillotina en la Puerta del Sol. Por fortuna, una casi unánime sensatez, no siempre correspondida por la práctica, se ha impuesto hace años en torno a su dramaturgia. Ha triunfado la perspicacia de Ramón Pérez de Ayala; éste, a la vez que consideraba a Benavente como el antiteatro por excelencia, «pura oralidad sin acción y sin pasiones» (Las Máscaras), afirmaba el carácter esencialmente dramático de todo Valle Inclán: desde las Sonatas hasta los Esperpentos. Escribe Pérez de Ayala que «estudiarlo como dramaturgo significa desentrañar la unidad genesiaca de toda su obra».

El eje del nuevo CDN
A lo que se ve, parece que el cdn, según declara Gerardo Vera, pretende hacer de Valle el eje vertebral de su programación. Se reconocería así su magisterio, lo cual supondría una exaltación subsidiaria del teatro español actual. Aparte de que la mejor exaltación del teatro español sería poner a sus autores vivos ¿qué Valle va a constituir la sustancia del cdn? Todos los Valles son escenificables, según Pérez de Ayala, y hay muchos Valles: el carlista, el republicano, el bakuninista con injertos leninistas, el simbolista, el esperpéntico... Cuando hace unos años Lluis Pasqual puso en el María Guerrero Luces de Bohemia, desapareció una frase del texto; comenté la ausencia con Tamayo, viejo zorro en escaramuzas con la censura y, públicamente, éste se lo plantó a los responsables de la versión: «eso ¿es censura o es criterio?». La frase escamoteada, en boca del Marqués de Bradomín y referida a Hamlet, príncipe de Dinamarca, es la siguiente: «Ofelia era muy pava, querido Rubén (Darío); y el príncipe, como todos los príncipes, un babieca».

Las Comedias bárbaras tienen algo de esperpento; y mucho de violencia, de espanto y de crueldad. Las fechorías de los hijos de Montenegro y el autoritarismo del vinculero ha dado pie para especular sobre una posible lucha de clases, concepto industrial difícil de encajar, por otra parte, en un marco de relaciones feudales. Cara de plata, última en publicarse y primera, argumentalmente, de la trilogía, se publicó en la revista La pluma y poco después, en 1922, con Águila de blasón y Romance de Lobos en Renacimiento. En un ambiente de putas, hidalgos, mendigos, siervos, miserias, impiedades y bastardías, que es el fondo coral de las Comedias y de casi todo Valle, éste destaca Cara de Plata como «un juego con la muerte, un disparar pistolones, un revolverse airado de unos contra otros, una mojiganga de entregar el alma [...]. Pero, a fuerza de descreer de la muerte, de provocarla y de fingirla, la muerte llega». Entonces comienzan Romance de lobos y Águila de blasón. La muerte, presente siempre en el Valle Inclán más desgarrado y goyesco.

La España más negra
Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte se llama un conjunto, de cinco piezas, del que Margallo ha tomado las dos piezas, las dos tablas, por seguir la terminología de retablo, que más le gustaron hace veinte años y más le siguen gustando: Ligazón y La rosa de papel. La mirada, seguramente, será otra; pero Valle seguirá siendo el Valle desmesurado, sublime y, a la vez, grotesco y sombrío.

De «auto para siluetas» calificó Ligazón y de «novela macabra» La Rosa de papel: borrachería, comercio carnal, usura; lo más negro de la España más negra. Esto ha sido, y no su «literaturidad» o su «cinematografismo», la barrera que ha aislado a Valle, lo que le ha dado carácter apócrifo de «irrepresentable»: un contenido y no una forma. Habiendo escrito para la posteridad, el autor galaico nunca escribió fuera de su tiempo. Escribía, eso sí, al margen de un poder político, militar y clerical corrupto y dictatorial. Y lo metieron en la cárcel y lo llamaron irrepresentable por no decirle impresentable, que también. Y escribió también al margen de un público más identificado con la moral de mesa camilla de Benavente que con la insurgencia de los espacios abiertos valleinclanescos. Un público, me temo, del que no está muy lejos el público de hoy. Por eso, bienvenido Valle Inclán como elemento nutricio y continuado del Centro Dramático Nacional. Pero, permítanme la pregunta: ¿qué Valle?

Entre Galicia y Rumanía
«Cercana, onírica y poco costumbrista», con estas pinceladas el director catalán Ramón Simó dibuja en el lenguaje lo que hoy mostrará sobre el escenario del María Guerrero de Madrid. Con un reparto encabezado por los actores Chete Lera y Jesús Noguero, el montaje «huye del realismo estricto, del folclore rancio para crear un ambiente de ensoñación», dice el director, que se ha servido de proyecciones y un lenguaje «contundente y cercano al espectador», además de contar con Christoph Schübiger como escenógrafo. Una de las preocupaciones de Simó ha sido conseguir que el público se identifique con los personajes. Ésta es la historia de un mundo que se empieza a romper, lo que desemboca en una crisis política. En ella, la figura de Montenegro, tan tiránica como heroica, se opone de forma brutal a la de su hijo».

Una atmósfera totalmente distinta es la que envuelve Ligazón y La rosa de Papel, que también se estrena hoy con dirección de Juan Margallo y protagonizada, entre otros, por Rosa Clara García y Víctor Gil. El director ha situado la acción lejos de Galicia, «en un poblado marginal de emigrantes de la Europa del Este». Un decorado con paredes traslúcidas sirve de unión entre estas dos piezas sobre las que planean melodías rumanas y búlgaras.

 

Medio: La opinión. A Coruña digital
Fecha: viernes 18 de marzo 2005
Título:
Autor: Carlos DEL AMO

Ramón Simó dirige Cara de plata -protagonizada por Chete Lera y Jesús Noguero, entre otros veinte actores- para mostrar la faceta «vigorosa y poética» del dramaturgo gallego.

El Centro Dramático Nacional comienza su apuesta por Valle-Inclán con la puesta en escena en el Teatro María Guerrero, a partir de mañana, de Cara de plata, en la que quiere mostrar a «un Valle poético, vigoroso y arriesgado», según manifestó ayer su director Gerardo Vera.
El director del CDN adelantó que más adelante programará otra de las comedias bárbaras del dramaturgo gallego, Romance de lobos; además de Divinas palabras, dirigida por él mismo, y El trono dorado, en la que ya trabaja Sanchís Sinisterra, sobre la parte dedicada a El ruedo ibérico.
Cara de plata está dirigida por Ramón Simó y protagonizada por Jesús Noguero, Chete Lera, Bárbara Goenada y Lucía Quintana, además de otros veinte actores que forman el reparto, «unos conocidos y otros desconocidos, porque lo que más nos interesa es el riesgo», señaló Vera durante la presentación de la obra.
Ramón Simó, quien actualmente forma parte del consejo artístico del Teatre Nacional de Catalunya, destacó, a su vez que «enfrentarse a un Valle-Inclán así resulta una aventura especial», porque se encuentran con el prólogo de sus dos comedias bárbaras (Águila de blasón y Romance de lobos) escritas quince años antes, y muestra al escritor de principios del siglo XX.Protagonistas de Cara de Plata
«Me gusta enfrentarme a un texto clásico como si no supiera nada de él», comentó Simó, quien no dudó en decir que «se sigue representando poco a Valle, un autor con una estructura avanzada a su tiempo».
Ramón Simó ha querido, dijo, «respetar la mezcla de géneros de la obra, que van desde la comedia al drama, pasando por la farsa».
«Para acercarnos a Valle-Inclán hemos utilizado un lenguaje plástico y una transcripción de su lenguaje con una escenografía viva que se mueve de Christoph Schübiger, y un trabajo de actores que intentan hacer suyo el lenguaje», explicó Ramón Simó.
Cara de plata muestra a un Valle-Inclán «ágil y fuerte, donde los actores asumen unos personajes no exentos de alma y eso nos permite una unidad de estilo muy definida».
El vestuario de María Arroyo, según la diseñadora, «recuerda al del siglo XIX, pero podría llevarse en el XXI». «He sido fiel a la Galicia rural, por eso el clero y los ricos van de negro, que era el tinte más caro de la época, y el pueblo de colores sienas. Lo difícil ha sido deteriorarlo, para que estuviera al servicio del actor y de la obra», manifestó la diseñadora.
La música es de Juan Alavedra, quien ha ido recuperándola a «partir de las acotaciones, desde el sonido y desde la raíz gallega, llevándola a otro contenido rítmico.No hay gaitas, pero hay bordones».
 

Medio: Web Wanadoo
Fecha: 30 del septiembre 2004
Título: «El Centro Drámatico Nacional apuesta por "los problemas reales de la gente"»
Autor: Informativos Telecinco

La nueva temporada del Centro Dramático Nacional (CDN) apostará por un teatro que reflejará «los problemas reales de la gente». Su nuevo director, Gerardo Vera, desea que las obras se representen en todas las comunidades autónomas.
La nueva temporada del Centro Dramático Nacional (CDN) apostará por un teatro que reflejará «los problemas reales de la gente, aquellos de los que se habla en la calle», dijo su nuevo director, Gerardo Vera, durante un acto en que se dio a conocer el programa del nuevo curso. Verá hizo hincapié en la diferencia que debe de haber entre teatro público y privado. «El teatro público tiene que ser un espacio de referencia que invite a la reflexión, un espacio donde tengan cabida proyectos que por su singularidad o riesgo comercial no puedan programarlos los teatros privados».

Expresó su deseo de que las obras «viajen por la mayoría de teatros del país». Para ello promoverá «convenios» con las comunidades autónomas y también se harán gestiones para que se representen por Europa y Latinoamérica. Vera acogerá todas las tendencias, desde «las realistas a las más rupturistas» y reiteró su deseo de que el Centro Dramático Nacional se convierta en «punto de encuentro de las más diversas mentalidades». La nueva programación, dijo, «nace con vocación nacional y europeísta». El director del CDN estuvo arropado en su comparecencia por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM),Antonio Campos.

La nueva temporada del CDN arrancará el 14 de noviembre en el teatro García Lorca de Getafe (Madrid) con el espectáculo titulado «Lágrimas de cera». Una canción del Lebrijano servirá de punto departida a un poema escénico en que se recordarán las tragedias de Hiroshima, Sarajevo, Nueva York, Bagdad y Madrid.

El Teatro María Guerrero, sede del CDN, subirá el telón el 18 de ese mismo mes con la obra «Camino del cielo», un texto «difícil y profundo» de Juan Mayorga que supone una apuesta personal de Gerardo Vera. «Con el pretexto de la historia de los judíos en los campos de concentración nazi, Mayorga indaga en nuestra dificultad, o falta de coraje, para abrir los ojos y descubrir la verdad», explicó. A esta obra le seguirá «El señor Ibrahim y las flores del Corán», de Eric-Emmanuel Schmitt, una pieza que reconcilia «etnias y culturas» y que trata de romper las «barreras sociales» basándose en la solidaridad y la tolerancia.

Uno de los «pesos pesados» de la temporada será Valle-Inclán. De su amplio repertorio, Vera ha escogido la obra Cara de plata, un texto cuyo castellano «enlaza a Cervantes con las vanguardias». El director del CDN dijo que se programarán cuatro obras «del Valle-Inclán menos galleguista». Las cuatro piezas subirán a los escenarios a lo largo de los cuatro años de legislatura que le restan al gobierno socialista. «A una por año». Bernard-Marie Koltés tomará el testigo a Valle-Inclán con la obra 'Roberto Zucco', la historia de un asesino en serie que su autor extrajo de un suceso ocurrido a finales de los años ochenta.

La programación se completará con la comedia (más bien drama) «El invierno bajo la mesa», de Roland Topor, que toca el problema de los inmigrantes; el «Infierno», basado en la Divina comedia de Dante, y La persistencia de la imagen de Raúl Hernández Garrido, un autor novel que «deslumbró» al director de CDN. En este sentido, Carmen Calvo abogó por la defensa de los autores «más innovadores», por ser ellos «los que más dificultades tienen a la hora de que se les haga caso». Vera ha constituido un 'comité de lectura' con el fin de que se valoren los manuscritos remitidos al Centro Dramático Nacional.

El nuevo director del CDN, quien aseguró que afrontará la nueva etapa con «orgullo y entusiasmo», se refirió al flamante teatro Olimpia, que próximamente abrirá sus puertas. «Una de las salas llevará el nombre de Valle-Inclán debido a que su teatro es una síntesis de tradición y modernidad; la otra está dedicada a Francisco Nieva, para mí uno de los más geniales dramaturgos que ha dado la escena en estos últimos años». 

Medio: El mundo.es. Metropoli
Fecha: Jueves, 20 de enero de 2005
Título: Cara de plata. Ligazón y La rosa de papel
Autor: Nacho Ruiz

En plena conmemoración del IV aniversario de El Quijote y, por ende, de su autor, Miguel de Cervantes, Madrid se vuelca con otro literato, manco también, pero nacido tres siglos más tarde y, para muchos, un dramaturgo superior al alcalaíno universal: Ramón María del Valle-Inclán. Y lo hace con la presencia de dos de sus obras en el Círculo de Bellas Artes (Ligazón y La rosa de papel) y de otra más Cara de Plata en el Teatro María Guerrero.
Además, es seguro que, en marzo, tenga lugar la representación de Romance de Lobos, también escrita por Valle, en el Teatro Mayor. Si a eso le unimos que el Teatro Olimpia (sede del Centro Dramático Nacional) va a pasar a llamarse Teatro Valle-Inclán y que Gerardo Vera, director del CDN, ha declarado que la compañía hará, al menos, un montaje de Valle-Inclán al año, nos encontramos con que el dramaturgo nacido en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), en 1866, es el gran protagonista del panorama teatral madrileño.
Ligazón y La rosa de papel (ambas en cartel hasta el 30 de enero) se pondrán en marcha en el mismo lugar en el que se estrenaron hace ahora ocho décadas: el Salón de Espectáculos del Círculo de Bellas Artes de Madrid, hoy llamado Teatro Fernando de Rojas (Alcalá, 42).
A mediados de los años 20, Valle-Inclán, acompañado de la compañía «El cántaro roto» -en la que figuraba su esposa, la actriz Josefina Blanco-, escribió expresamente para la ocasión Ligazón. Se trata de una obra breve, en la línea del esperpento más brutal y exagerado característico de la producción teatral de Valle. El argumento trata sobre una chica joven que, después de ser seducida por un afilador, convence a éste para que asesine al amante que le ha asignado una celestina a la que debe obedecer.
Escena de La rosa de papelPor su parte, La Rosa de Papel es un melodrama de marionetas que presenta un grupo de personajes originales y estrambóticos (un marido borracho y anarquista, dos vecinas entrometidas y morbosas y un cura malvado) que se embarcan en una serie de increíbles aventuras y situaciones a raíz de la muerte de la protagonista, Floriana, y de la desaparición de sus ahorros. Juan Margallo, director de ambos montajes, ha dotado de una perspectiva actual a ambos argumentos, situándolos en un poblado marginal de chabolas habitadas por inmigrantes.
Cara de plata (Teatro María Guerrero -Tamayo y Baus, 4-; hasta el 20 de febrero), una producción del Centro Dramático Nacional y dirigida por Ramón Simó, es una de las obras fundamentales de la carrera de Valle-Inclán y forma la primera parte de las Comedias Bárbaras (que completan Águila de blasón y Romance de Lobos), aunque, sin embargo, fue la última en escribirse.
El protagonista y héroe es Juan Manuel Montenegro, que en esta primera fase se encuentra en la plenitud de su poder -las otras dos partes tratarán sobre su decadencia y, finalmente, su destrucción-. Cara de Plata presenta tres planos de acción diferentes que consisten, por un lado, en el enfrentamiento de Montenegro contra la incipiente sociedad burguesa (los chalanes), contra su propio hijo Carita de Plata (al que disputa el amor de Sabelita) y contra el poder eclesiástico, representado en la figura del malévolo Abad de Langañón.
La comedia es, quizá, el texto teatral más elaborado de Valle-Inclán, así como la que más se ajusta a los cánones clásicos del género, aunque no está exenta del humor negro y la acidez característica del autor.

 
 

Medio: Diario de Navarra.es
Fecha: 25 de febrero de 2005

El Teatro Gayarre ofrecerá este fin de semana, a las 20,00 horas, la obra de Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) Cara de Plata, la primera parte de las tres piezas que conforman las Comedias Bárbaras. La obra será dirigida por Ramón Siró y será llevada a escena por el elenco de los 24 actores del Centro Dramático Nacional. El precio de las entradas, en sala, es de 22 euros, y de 17 en el palco.
La historia de Cara de Plata se enmarca en la Galicia rural de finales del siglo XIX. Trata la historia de la familia Montenegro, quienes gozan de los privilegios del feudalismo. La familia está compuesta por don Juan Manuel Montenegro, su esposa y sus seis hijos, uno de los cuales, el favorito, es llamado por la belleza de su rostro «Cara de Plata».
Los Montenegro hacen valer antiguos derechos, impidiendo el paso por un puente a unos ganaderos, que van a vender sus bestias a la feria de la villa de Viana. El abad pide también paso para ir a encomendar un alma, que también le es negado.
En el fondo de la trama se da un intenso enfrentamiento entre dos clases sociales, los «chalanes», gente humilde del pueblo, y la familia de los Montenegro. Sin embargo, es Isabelita, la sobrina del abad, quien hace que el conflicto se acentúe. Cara de Plata se enamora de ella, pero el abad sólo quiere a su sobrina para él. En el fondo, la rebelión de los chalanes, que el abad comienza, es una excusa para recuperarla a ella.
Pepo Oliva, que interpretará al abad de Lantañón, destacó que, de todas las obras de Valle-Inclán, esta es la que «se ha preparado con una mayor vigorosidad, se ha hecho con mucha actividad y mucha acción, intentando bajarlo tierra». A su juicio, la importancia de ésta interpretación está en que se aleja de las anteriores, que «redundaban en lo gris de Galicia haciendo una lectura triste».
Chete Lera, que dará vida al caballero de don Juan Manuel Montenegro, aseguró que el personaje principal aparece en esta obra en su punto álgido, desde el que se presencia todo su deterioro: «Montenegro es un personaje apasionado, que hace lo que quiere».
El actor Pepo Oliva destacó de su personaje, el abad, su «pasión», puesto que «es capaz de todo menos de controlar sus pasiones, utiliza los poderes de la Iglesia, y quiere pasar por encima de Montenegro». A su juicio, Valle-Inclán «siempre es polémico, escribe con una prosa especial».
Además, destacó de este autor su «rico lenguaje, puesto que mezcla el galaico leonés con el castellano, y que contaba las cosas como Shakespeare». Por todo esto, concluyó, el autor es tan moderno.
Por su parte, Aurora Rosales, directora adjunta del Centro Dramático Nacional, destacó el «trabajo moderno y de gran coherencia de esta obra», y el gran éxito que ha cosechado la representación, puesta en escena en Madrid, y que comienza en Pamplona su gira española.
Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona, aseguró que se trata de una de los estrenos «más esperados y exitosos de la temporada». Asimismo, calificó Valle-Inclán como «uno de los escritores más originales del teatro», y expresó que es un acierto elegir una de sus obras.
Valle-Inclán será una referencia para el futuro del Centro Dramático Nacional, ya que desean interpretar el resto de la trilogía y de sus obras por toda España. Esta obra se estrenó el 13 de enero en Madrid, y allí se ha ofrecido hasta el pasado día 20.

 
 

Medio: Diario de Navarra (Edición impresa)
Fecha: 26 febrero 2005

Pamplona acoge estreno de la gira nacional de la obra de Valle-Inclán Cara de plata

Las representaciones serán este fin de semana en el Gayarre. Es la primera parte de la trilogía, que el autor gallego escribió en 1922 en torno a la figura del héroe Juan Manuel Montenegro, se apunta hacia la decadencia y la ruina del protagonista, que se desarrollará en Águila de blasón, y su camino de expiación final tendrá lugar en Romance de Lobos, cierre del ciclo Comedias Bárbaras. En este sentido, el actor Chete Lera, quien encarna al caballero Juan Manuel Montenegro, apuntó hoy en conferencia de prensa que la experiencia en Madrid, donde la obra ha estado mes y medio, ha sido «extraordinaria, hemos tenido el teatro lleno prácticamente todos los días, y en general ha sido un éxito».
Afirmó respecto a su personaje que «es muy apasionado, casi un héroe romántico, aunque realmente es un poco sacrílego y de alguna manera hace lo que quiere aunque eso le cueste la vida».
Acerca de la sinopsis de la obra, destacó que la historia parte «del enfrentamiento entre dos clases sociales, la gente del pueblo y una familia feudal», de donde parte otra subtrama que tiene que ver con un conflicto amoroso que deriva en una rebelión.
Lera manifestó además que Valle-Inclán «decía en su época que había nacido cien años antes de lo que le correspondía» y precisó que se trata de un autor «siempre polémico porque escribe con una prosa muy especial, y de pronto te traslada sin solución de continuidad de un campo al salón de un castillo y utiliza un vocabulario rico y especial».
A su juicio, el escritor gallego «contaba las cosas como las contaba Shakespeare, tiene un poso de clásico y llega a todo tipo de gentes».
Por su parte, el actor Pepo Oliva, que da vida al abad de Lantañón, indicó que su personaje representa «la dualidad antagónica más importante junto con Montenegro, aparte de la que tiene Montenegro con su hijo, don Miguelito Cara de plata».
El abad «es capaz de cualquier cosa excepto de controlar sus pasiones. Es un personaje heroico capaz de invocar a Satanás para conseguir lo que pretende, utilizando los poderes que la Iglesia para conseguir sus fines, pasando por encima de todo el mundo», aseguró.
Oliva comentó en esta línea que la obra de Valle-Inclán «es de los trabajos teatrales más interesantes que he hecho en mi vida, porque la propuesta ha sido romper un poco la máquina de texto del autor haciendo hincapié en desestructurarla para poder llegar a hacer una lectura muy diáfana, muy clara».
Finalmente, dijo que «nunca se había preparado una lectura de una función de Valle-Inclán con la vigorosidad y la acción que tiene ésta, intentando bajarlo muy a tierra», y agregó que «hasta ahora, las propuestas que he visto siempre han redundando en lo gris, en la oscuridad de Galicia, y esto es muy activo y muy directo».
Por su parte, la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, señaló que Ramón de Valle-Inclán «considerado el padre de la dramaturgia contemporánea y el mayor renovador del teatro español del siglo XX, hace de esta obra algo especial, interesante y atractivo para todos los amantes del teatro».
Sostuvo asimismo que este dramaturgo gallego «es uno de los escritores más originales del teatro nacional y considero que ha sido un gran acierto haber elegido una de sus obras».
 

Medio: Diario vasco.com
Título: Sin reparar en gastos
Autor: Roberto HERRERO

El nuevo director del Centro Dramático Nacional (CND), Gerardo Vera, ha decidido que Valle Inclán sea protagonista destacado de las propuestas que desde este centro se monten. La primera ha sido Cara de plata, menos conocida y representada que otras obras del mismo autor, como Divinas palabras o Luces de bohemia. Cara de plata es la última de sus Comedias bárbaras, cercana ya en el tiempo a lo que luego se conocería como su época del esperpento.

En Cara de plata se habla de un enfrentamiento por tierras, por honores, por orgullos hinchados. Un pleito de esos que siempre acaban de mala manera. En la Galicia rural, un potentado, Don Juan Manuel de Montenegro, decide cerrar sus tierras al paso acostumbrado del ganado. Lo hace con la ley en la mano, pero contra la costumbre. Y como le responde uno de los pastores: «la costumbre hace la ley». Y ya se sabe que hay mucho aficionado a proponer que usos viejos tengan mayor y mejor vida que leyes nuevas.

Pero Valle utiliza esta anécdota para mostrarnos sus personajes extremos que, a veces, parecen sacados de un mal sueño y, otras, de una historia de épica y glorias. El paso prohibido por las tierras de costumbre se enreda con las pasiones del amor, con la Iglesia porfiando, con la casi vejez de un tirano que transpira pasión por una joven doncella. Disputas y peleas, locura que en este montaje se expresa con pulcritud y fuerza, aunque también confiando demasiado en que el grito puede sustituir a otras mejores virtudes actorales.

El CDN no ha escatimado en gastos, poniendo sobre las tablas a 24 actores (Etelvino Vázquez la montó no hace mucho con 11 actores y suficiente decoro), algunos de los cuales hacen de bulto y algarabía, poco más. Se suma una escenografía majestuosa, muy bien trabajada con las imágenes proyectadas. Hay calidad actoral de conjunto y en sus primeras figuras, donde se incluye a la donostiarra Bárbara Goenaga. Al montaje le cuesta sustraerse a la mole escenográfica, a pesar de lo cual transcurre por la palabra de Valle con suficiente presteza para crear una función atractiva.
   

Medio: Agonia.net
Fecha: 13-01-05
Título: Ligazón y Rosa de papel de Valle-Inclán
Autor: Nicole Pottier

Dos cortas piezas de Valle Inclán: Ligazón y la rosa de papel se estrenan en en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid en el marco de su 125 aniversario.
"Ligazón" es un auto para siluetas: una mozuela, gobernada por cierta ventera, corresponde a los requiebros de un afilador. Tras mezclar sus sangres en una ligazón, lo convence para que suba a su alcoba y mate al rico amante que la ventera le asignaba.
En "La rosa de papel", melodrama para marionetas, a partir de la muerte de Floriana y el extravío de sus ahorros, los personajes viven experiencias extraordinarias. Un marido borracho, cínico y al mismo tiempo un romántico anarquista; dos vecinas supersticiosas, entrometidas y morbosas y un cura rapiñero, tejen una trama donde el humor negro, el misticismo y la extravagancia de los personajes transgreden los umbrales de lo cotidiano.
Juan Margallo y la compañía UROC Teatro pone en escena el humor negro del gran autor gallego.Juan Margallo revisa ambos montajes desde el punto de vista actual,utiliza como escenario un poblado de chabolas habitadas por emigrantes del Este. "Hemos escogido músicas de Centro Europa del Este y, también, los diseños de los trajes están inspirados en esta misma zona. Pienso que de esta forma resultará más atractivo para el espectador asistir a una representación que de otro modo nos resultaría alejada en el tiempo", explicó el dramaturgo.

 

Medio: Logopress
Título: Crítica
Autor: Laura Rico Caballo

El Círculo de Bellas Artes abre el año de su 125 aniversario recuperando su historia y desempolvando del esplendor de sus años 20 la obra que Valle Inclán escribiera para el centro en 1926, Ligazón, y la más conocida La rosa de papel.
En el que fuera "Salón de espectáculos" del que Valle Inclán dijera: -Aquí no se puede hacer teatro salvo que sea egipcio-, el hoy remodelado "Teatro Francisco de Rojas", la dirección del CBA apuesta, por el director Juan Margallo, que ya tiene experiencia en el autor, con la compañía "El Gallo Vallecano", y por unos actores jóvenes que revitalizan el texto.
Ligazón y La rosa de papel, recogen al Valle Inclán rural y dramático que alcanza su expresión más completa en Divinas palabras y nos hacen sonrojarnos ante la España brutal y profunda, que se esconde tras la risa y la fiesta de la España alegre y popular que cuestiona el hijo pródigo de la generación del 98.
En este caso se ha sustituido la Galicia de principios de siglo por una agrupación de chabolas de inmigrantes rumanos. «El chaboleo es el esperpento de hoy día», apunta el director. Esta idea de esperpento, central en Valle Inclán, es acentuado por una escenografía y un vestuario que mezcla las largas faldas de las mujeres rumanas con el calzado deportivo, o la pobreza de la chabola con la presencia de neones o televisor. La música del este de Europa pone el aire melancólico que acaba de completar el sentido del drama.
El cambio de ambientación no altera en demasía la obra, la hace más comprometida y actualiza cuestiones. En La rosa de papel, dinero, lujuria y muerte bailan juntos en obra directa y fácil de ejecutar. Ligazón supone un reto más difícil al ser menos contundente y poner más peso en lo poético y en unos personajes que huelen a Lorca y Bodas de Sangre. Ambas tienen en su extrañeza ante la realidad un cierto toque Almodóvar que nos recuerda que el esperpento de lo humano es atemporal.
Ignorando la fama de difíciles de representar que arrastraron las obras del autor, hoy Valle Inclán está de moda en nuestros escenarios, a juzgar por el número de obras suyas próximas a estrenarse en Madrid (Mº Guerrero, Teatro Español,…). Quizás la confluencia refleja una de esas intuiciones de los artistas para detectar momentos sociales. Vaya y compruébelo, pero no busque sonreír, ni un rato de "relajante evasión".
 

Página web de TNT: www.atalaya-tnt.com/retablo.htm

Según podemos leer en la página web del grupo los motivos de la elección de los títulos integrantes del Retablo son:

«[..] hemos querido celebrar los diez años de trayectoria volviendo a la palabra de Valle-Inclán, que tantas ciudades del mundo -más de 130- ha recorrido a lo largo de ocho temporadas en boca de los actores de las dos primeras promociones de TNT que interpretaron Divinas palabras con Atalaya. Ese montaje -referente del actual- alcanzaría el Premio Nacional Ercilla y el número uno del «ranking» de la crítica en Barcelona.

La posibilidad de contar en la puesta en escena con un director del prestigio y conocimiento de Valle como es Alfonso Zurro -Premio Nacional Ercilla y Premio ADE- ha sido un factor determinante para esta ambiciosa apuesta en la que toman parte siete actores elegidos entre los centenares que han pasado en los últimos años por las pruebas de TNT.

Oír a Valle-Inclán en escena es un placer insólito. Sus palabras son música, sus obras son sinfonías, plenas de una espléndida variedad de timbres, ritmos y tonalidades. Un lenguaje de la tierra, un castellano de bronce, que resulta imposible traducir a otra lengua. Esa es la razón por la que el más grande dramaturgo en lengua castellana, tras Calderón, no ha alcanzado toda la grandeza universal que su obra merece.»

«El Retablo... -1927- es, por otra parte, la obra que culmina toda la trayectoria de Valle y como tal contiene lo más valioso de su obra. Aquí encontramos sus tres etapas reunidas: el teatro mítico y cruel de Divinas palabras y Las comedias bárbaras, pero también el esperpento de Las galas del difunto, y el grotesco de su Farsa de la reina castiza

El director por su parte añade como complemento en la misma página web:

«Tres son las piezas que componen el espectáculo "Valle Inclán: de la avaricia, la lujuria y la muerte": La cabeza del Bautista, Ligazón y La rosa de papel.

Este tríptico, extraído de su Retablo, nos sumerge en un teatro tan descarnado que solo podemos aceptarlo desde la inteligencia con que el autor nos hace la propuesta: un mundo de fantoches, gobernado por fuerzas incomprensibles que somos incapaces de dominar.
Valle no es únicamente su Galicia imaginaria. También es España entera. Y es una Andalucía mágica, misteriosa y cruel. Un territorio desde donde los personajes intentan sobrevivir en espacios hostiles y misteriosos. Primarios y salvajes.
Lugares sombríos con personajes arrastrados a un juego de luces y sombras. Vida y muerte. Misterio. Noches con rayos de luna que acuchillan las siluetas para descubrirnos peleles recortados al contraluz.
También estamos en los límites de la palabra. Una palabra que se rompe y se descubre en sus propios extremos, que se guturaliza, que se desgaja en chillidos de sus personajes, que se vuelve rugiente, animal, selvática.
Luces y sombras. Plasticidad. Descarnamiento. Teatralidad. Palabras, gritos, susurros, melodía de salvajismo primario. Valle ha empezado a caminar de la mano del TNT, en otro proyecto atrevido, señalando a don Ramón como faro que ilumine un nuevo rumbo del teatro español en los albores de este siglo».

 
 

ROMANCE DE LOBOS

Medio: La Vanguardia
Fecha: 02-04-05
Título: Un soberbio Valle-Inclán
Autor: Santiago FONTDEVILA

Un soberbio Valle-Inclán, fiel, perfectamente equilibrado, intenso y homogéneo es el dirigido por Ángel Facio en el Español. Angel Facio Director de Romance de LobosAños llevaba Facio intentando subir al escenario su dramaturgia de la tercera de las Comedias bárbaras, Romance de lobos, que incluye frases de otras de las comedias y obras del autor gallego, como Ligazón o Águila de blasón. El resultado, tanto en lo que hace al texto como a su narración y puesta en escena, es magnífico. Sin más. Y lo es merced a una interpretación global sin fisuras en la que junto a una gran protagonista, Manuel de Blas, los coros (mendigos, servidumbre y la familia) componen grupos cohesionados y de gran plasticidad. Pero también por la espléndida escenografía de Paco Azorín, que ha iluminado con magia Mario Gas, y el sobrecogedor espacio sonoro de José Antonio Gutiérrez, cuyo conjunto nos remite a estampas medievales.

El enorme retablo de tres puertas sumido en la niebla muestra una gran versatilidad gracias a esas luces que logran que se transforme, aparezca y desaparezca parcialmente y que toma su sentido pleno en el colofón de la obra, cuando se erige como enorme portón tras el que la vieja hidalguía gallega, representada por los codiciosos hijos de Don Juan de Montenegro, defiende su privilegios frente al pueblo mísero que comanda justamente el viejo Montenegro, convertido en un Lear gallego adalid de los desamparados.

Manuel de Blas compone al inicio un Montenegro sólido y rocoso que consigue escapar de la visita de la Santa compaña (tal vez una de las escenas menos afortunadas) y que progresivamente, minado por el miedo y el remordimiento de su vida pasada, se abandona a la cita inevitable con la muerte, al tiempo que se desprende de sus bienes terrenales. En este Romance resuena la grandeza del texto y su vibración shakespeariana (deliciosa la escena de Montenegro y Fuso negro en la cueva). Toda la obra respira un clímax épico de matices oscuros en los que el día y la noche, los exteriores y los interiores hablan también de la tragedia de Montenegro y de una sociedad que tiene que desaparecer frente a los nuevos tiempos. Desde la primera a la última escena la muerte cabalga sobre el escenario tocando a unos y a otros y reflejando como pocas veces se ha conseguido ese mundo ancestral, atávico, que forma, o formaba, parte del alma gallega. Ojalá se viera en Barcelona.

 

Medio: Guía del ocio.com
Fecha: marzo 2005
Título: Un Valle-Inclán con aromas shakespearianos
Autor: Rosana Torres

Romance de lobos, de las Comedias Bárbaras se estrena en el Teatro Español con dirección y dramaturgia de Ángel Facio

Del 27 de marzo al 15 de mayo en el Teatro Español (Madrid)

Somos muchas las personas que afirmamos que Ramón María del Valle-Inclán es el autor más importante del teatro contemporáneo español, entendiendo por esa época todo lo que viene desde la Revolución Francesa.
La nueva etapa del Teatro Español, con Mario Gas al frente, no podía ni quería prescindir de este autor y de hecho la primera gran producción de este coliseo es una de las Comedia Bárbaras. Un texto con el que el director Ángel Facio tenía una deuda pendiente hace bastantes años: Romance de Lobos, obra de la que tenía realizada una respetuosa versión que ha sido la utilizada ahora.

«Desde Calderón no hay un autor teatral de ese nivel», dice Facio para quien esta pieza le parece la más definida y más bonita de la Trilogía, que completa Águila de Blasón y Cara de plata escrita posteriormente aunque es la primera parte y que hace no mucho hemos visto en el Centro Dramático Nacional.
Estamos ante una obra que pertenece al Valle agrario, (frente al urbano de Luces de Bohemia y otras piezas). «No hay ni la menor referencia urbana, sin olvidar nunca que estamos a mediados del siglo XIX y de alguna manera el texto recuerda El gatopardo de Lampedusa», señala Facio que tienen claro que la obra habla de un mundo en decadencia y de la desaparición de una clase social. Lo hace con aromas a Shakespeare ya que piensa que entre ambos autores hay muchos elementos en común: «El lenguaje se salva de la retórica gracias al exceso de las situaciones y a un lenguaje estilizado y literario que extrae su fuerza de las raíces del habla popular».
Estamos ante un proyecto imposible de poner en pie si no es con un teatro público. Buena prueba es el amplísimo reparto que interviene. En total cerca de cuarenta actores entre los que se encuentra Manuel de Blas, Yolanda Ulloa, José Maya, Paco Maestre, Fernando Sansegundo o Resu Morales. El espectáculo ofrece otros atractivos como la iluminación del mismísimo Mario Gas o la escenografía de Paco Azorín.

Un director íntegro Escena de Romance de lobos dirigida por A. Facio

Ángel Facio, que se autodefine de «sesentón» es uno de los supervivientes (no porque esté vivo sino porque está íntegro) del mejor teatro independiente español que nació en Madrid en los años sesenta.
Director de culto, al que casi se le podría definir de genio maldito, fue fundador del mítico grupo Goliardos. Tras la desaparición del grupo trabaja para diversos teatros privados y públicos, no sólo en España, sino también en Portugal, Colombia y sobre todo Polonia, donde vive su primer intento con Romance de Lobos.
A lo largo de su carrera han sido numerosos los encuentros escénicos con Valle-Inclán: Ligazón dos veces; intentó ocho veces Los cuernos de don Friolera.
 

 

Título: Teatro independiente llega al Español con Romance de Lobos
Autor: Terra: Cultura y espectáculos
Fecha: 29-03-2005

El teatro independiente llega al Español con el estreno el próximo jueves de Romance de Lobos, de Valle-Inclán, una producción que dirige Ángel Facio que cuenta con un elenco de 36 actores, encabezado por Manuel de Blas.

Así lo puso hoy de manifiesto Facio en la presentación de esta producción, la tercera del Teatro Español desde que Mario Gas tomara las riendas de esta sala y la primera del año 2005.

Según Gas, se ha escogido un autor español emblemático como Ramón María del Valle-Inclán, -tal como están haciendo otros teatros públicos- y se ha recuperado a un profesional 'experto' como Facio, quien reconoció que su 'flechazo' con el dramaturgo data de 1959, cuando leyó todo su teatro.

Acompañado de Mario Gas -responsable también de la iluminación del espectáculo- y de gran parte del elenco de actores, el director teatral desgranó los detalles de un montaje que estará en el Español hasta el 15 de mayo, y que definió como 'un vía crucis, una bajada a los infiernos'.

'Esto no es una compañía, es una tribu', explicaba el director en referencia al nutrido elenco de actores formados en el 'espíritu del teatro independiente', provenientes de diferentes comunidades autónomas y en el que figuran artistas como el veterano Manuel de Blas (don Juan Manuel), Fernando Sansegundo (Fuso Negro), Paco Maestre (pobre de San Lorenso), Yolanda Ulloa (doña Sabelita) y Rosa Alvaez (Andreíña), entre otros.

Fundador del grupo 'Los Goliardos', profesor de Arte Dramático y que ahora se define como 'sesentón y solterón', Facio se felicitó por el acceso del teatro independiente al Español y agradeció a Mario Gas haberle 'tendido la mano' para 'volver a lo que nunca abandoné. Me echaron', aclaró el director de escena tras explicar: 'si no estaba trabajando era porque nadie quería'.

Romance de Lobos, una obra tremendista que nos traslada a la Galicia rural del siglo XIX, es la tercera pieza de la trilogía Las Comedias Bárbaras, en la que don Juan Manuel Montenegro se transforma radicalmente, al encontrarse con la muerte.

Manuel de Blas narró sus dificultades para encontrar 'la clave' del protagonista de la obra, pues 'pasaba el tiempo y no la encontraba, ante el peligro de estrenar un personaje al que odiaba profundamente', dijo.

Finalmente, el actor extremeño encontró la 'grandeza' de don Juan Manuel en 'su valor para reconocer, ante el anuncio de la muerte, que ha sido un hijo de puta. Por lo menos, tiene ese mérito'.

A su juicio, 'lo duro de Valle-Inclán es hacer una radiografía de una alma de la pequeña nobleza rural gallega sin maquillaje. Una vida absurda haciendo de noble cuando le hubiera gustado hacer de loco'.

La versión que Facio pone sobre las tablas recupera, a través de los textos del mismo del autor, partes de la historia de las dos piezas anteriores de la trilogía para entender la trama, eliminando las reiteraciones y con una representación sin cortes.

Aunque admite que resulta una función larga -unas dos horas-, no ve la necesidad de cortar de la obra, que es 'un trazo, una flecha', que el autor dividió en tres momentos por los usos de la época, opinó.

La escenografía de Paco Azorín es sobria, tal como explicó el director: 'es una puerta muy grande, que va hacia delante y hacia atrás'. Eso sí, 'el tiempo del espectáculo lo ha impuesto esta escenografía', un ingenio mecánico que sirve para situar las distintas escenas.

Sobre este escenario se mueven 'como un ente único' los 36 actores, que representan a los casi 60 personajes que desarrolla el dramaturgo, y para los que se han diseñado más de medio centenar de figurines.
 

Título: Ángel Facio recrea la Galicia rural del XIX en Romance de lobos de Valle Inclán
Autor: EUROPA PRESS
Fecha: marzo 2005

El director de escena Ángel Facio recrea la Galicia rural del siglo XIX en Romance de lobos, de Valle Inclán, la primera producción del Teatro Español en 2005 y la tercera en la nueva etapa de dirección de Mario Gas, que lleva a este escenario, a partir del próximo jueves, la participación de nada menos que 36 actores capitaneados por el veterano Manuel de Blas.

Facio, un amante y conocedor de Valle Inclán desde que leyó todo su teatro en 1959, recupera ahora la versión que hizo de esta misma obra para un montaje en Polonia en 1980. La versión, según explicó el director de escena, respeta absolutamente el texto original del autor aunque se presenta aquí seguida y no dividida en tres jornadas como así la escribió Valle-Inclán 'sacrificándose al hábito de la época'. 'Sólo he añadido un par de escenas para hacer más comprensible la historia', agregó.

Ángel Facio, quien aseguró que con este texto 'llega el teatro independiente al Español', calificó la función como 'una bajada a los infiernos, un vía crucis', el viaje final del personaje protagonista, Juan Manuel Montenegro, interpretado por Manuel de Blas. En torno a él se encuentra el resto del numeroso elenco entre el que sobresalen Fernando Sansegundo (Fuso Negro), Paco Maestre (pobre de San Lorenzo), Yolanda Ulloa (doña Sabelita) y Rosa Álvarez (Andreíña).

Romance de lobos es la tercera parte de las Comedias Bárbaras de Valle-Inclán y en ella, según Facio, el autor traslada la 'caída y desaparición de una clase que no ha sabido ver el liberalismo y que representa el homenaje y la nostalgia de una época perdida'. En ella, el autor 'muestra la esperanza en un sistema social comunitario donde los desposeídos instauren un nuevo orden'.

UN 'IMPRESENTABLE'

Por su parte, Manuel de Blas comenzó calificando a su personaje de 'hijo de puta, cabronazo e impresentable' y confesó que durante los tres meses largos de ensayos de la función llegó a cogerle verdadera antipatía hasta que encontró la clave del comportamiento de este hombre que, finalmente, tiene una grandeza: 'Ante el anuncio de la muerte próxima tiene el valor de reconocer que ha hecho mucho daño y que ha disfrutado de sus privilegios sin importante nada de lo que tiene alrededor'.

Esta toma de conciencia le ha servido al propio actor para constatar que todos somos un poco así y que poseemos muchas contracciones. 'Nadie reconoce que es un hijo de puta y que siente envidia. Si me gusta algo de este texto es que Valle Inclán hace la radiografía de un alma sin maquillajes de una pequeña nobleza rural gallega', afirmó.

La solución escenográfica ideada por Paco Azorín para llevar a cabo este montaje utiliza como elemento único un gran retablo con tres puertas que se abren y cierran articulándose de diferentes formas para situar las escenas.

La presencia constante de los elementos de la naturaleza está muy presente en esta función: la lluvia, el fuego, el aire y la tierra son imprescindible en el desarrollo de la misma.

El propio director del Teatro Español, Mario Gas, es el responsable de la iluminación, una tarea poco habitual en él, según explicó, puesto que considera 'muy duro hacer un trabajo coherente' en este sentido, algo a lo que aquí se ha atrevido a instancias del propio Facio, quien inicialmente pensó en él para encarnar a Montenegro.
   

Medio: ABC
Título: Ángel Facio rompe un largo silencio con la dirección de Romance de Lobos
Autor: Julio Bravo
Fecha: 30 marzo 2005

Romance de lobos es, según Ángel Facio, una «bajada a los infiernos». Para el director madrileño, uno de los nombres imprescindibles del teatro independiente español de los setenta, es sin embargo una «subida a los escenarios»; hace muchos años que Facio no dirigía en la capital, y Mario Gas, director del teatro Español, ha sido el artífice de este regreso. «Me felicito -dijo ayer, durante la presentación de la producción- por el acceso al poder del teatro independiente; hemos tenido tres meses de ensayo, y se ha trabajado con el tiempo que precisa un montaje así. Lo hemos hecho además con voluntad de trabajo en equipo, como hacíamos en el teatro independiente».

Facio tenía claro que quería hacer a Valle-Inclán -«mi flechazo con Valle nace en el año 1959, cuando leí su teatro completo»- y Romance de lobos una de las tres Comedias Bárbaras, era su elección más lógica. «Preparé una versión en 1981 para representarla en Polonia, pero no pudo ser». Según el director, «he recuperado toda la versión; si no se conocen las dos primeras partes de la trilogía, Cara de plata y Águila de blasón, Romance de lobos queda coja. Por eso hay escenas de las otras dos metidas aquí y he omitido reiteraciones; pero todo con palabras de Valle».

Aunque no es la primera producción del teatro Español en la «era Gas» -el director recordó los montajes de la zarzuela «La eterna canción» y del espectáculo infantil Romeo y Julieta-, sí es su proyecto más ambicioso hasta ahora. Treinta y seis actores componen el reparto de Romance de lobos », encabezado por Manuel de Blas, que interpreta a Don Juan Manuel Montenegro -un papel para el que, según confesó Facio, se pensó en un principio en el propio Mario Gas-. Manuel de Blas -que ya fue Max Estrella y Don Latino en Luces de Bohemia y Séptimo Miau en Divinas palabras- dice de su personaje que es «un hijo de puta, un impresentable. Conforme iba ensayando me iba cayendo peor y le iba cogiendo más odio, hasta que encontré la clave para poder defenderlo. Montenegro tiene una grandeza: ante el anuncio de su muerte tiene el valor de que a lo largo de su vida no había hecho otra cosa que hacer daño a todo el mundo. Por lo menos tiene ese mérito».

Facio ha eliminado en su montaje las tres jornadas en que dividió Valle la obra, y la presenta de un tirón: «Esta historia es como una flecha, es como un trazo que creo que no se debe cortar». Asegura también el director que la escenografía, de la que dice que es otro de los protagonistas del montaje, ha condicionado el «tempo» de la función «Es una puerta muy grande que se mueve para adelante y para atrás y que se escurre». Paco Azorín es el responsable de esta escenografía; Begoña del Valle-Iturriaga firma el vestuario, José Antonio Gutiérrez la banda sonora, y Mario Gas ha realizado la iluminación conjuntamente con Francisco Ariza.

   

Medio: La razón
Título: El aullido de Valle-Inclán llega al Español
Autor: David Carrión
Fecha: 30 marzo 2005

Ángel Facio dirige la primera producción propia de la etapa de Mario Gas, Romance de lobos.
El fin de una ancestral concepción del poder en Galicia causa las penumbras de la obra que cierra las Comedias bárbaras, con Manuel de Blas como protagonista.

Irrepresentabilidad: «palabro» largo, enrevesado y excesivamente sonoro que nunca debería encabezar un buen texto. También uno de los mitos que ha lastrado durante décadas la obra dramática de Ramón María del Valle-Inclán. Éste era el astro alrededor del cual quería hacer girar mi conversación con Ángel Facio. El entrevistado me desarmó con un discurso pausado, lúcido y selecto, pero en el que la naturalidad hacía nombrar al autor como «el mejor desde Calderón» y a sus textos como «jodidamente difíciles». Esta transparencia alumbra reflexiones valientes sobre las escasas puestas en escena de un dramaturgo que ha tardado en ser digerido por la propia profesión: «Valle-Inclán bien dicho se entiende», contradice Facio a los que tachan de herméticos sus diálogos. También convino en advertir sobre el vicio de dejarse arrastrar por su musicalidad: «Hay directores y actores que quedan tan fascinados por el texto que se conforman con decirlo». Sea cual sea la fórmula elegida para representar al gallego, todos hallan la dificultad de manejar repartos tan amplios como los que propone, lo que hace que en la actualidad «quede reducido a los teatros públicos». La capital, de hecho, ha vivido varios estrenos suyos esta temporada. Según el director, se debe a que «se ha agotado la veta de Lorca. Federico está sobado por arriba y por abajo».

Como «el rey lear»

Trilogía: fórmula, al parecer, indispensable para que un literato adquiera el calificativo de ilustre. Don Ramón escribió ésta (Las comedias bárbaras) alterando la cronología, cuyo primer capítulo (Cara de plata), publicó años después que los dos últimos (Águila de blasón y Romance de lobos). El título de esta apoteosis hace referencia al comportamiento de los vástagos de don Juan Manuel Montenegro en el momento en el que el patriarca está a punto de unirse a la Santa Compaña. «En el mayorazgo todo pasaba al primogénito, no puede dividirse la herencia», me explica Facio sobre el origen del conflicto dramático. Coincide el director en calificar el libreto como una relectura de El rey Lear, aunque nuestro dramaturgo, en su empeño por ejercer de notario de la Galicia que se extinguió con él, lo circunscribe a un contexto socio-político muy concreto («el fin de una casta de guerreros, de hidalgos que deja de tener su función social»). «Toda la renovación isabelina ha ignorado a esta clase social, la más decente de su época. Él lo lamenta aunque sabe que ya no hay vuelta atrás», argumenta Facio sobre las intenciones del autor; sin embargo, desmiente la identificación que algunos han hecho del protagonista con su creador, en cuanto al «aferrarse» a la religión ante la presencia de la muerte: «La tercera parte de la trilogía es la primera, si Valle lo hubiera lamentado habría sido al revés».
   Cinco toneladas: peso aproximado de la estructura metálica móvil que alberga los dieciocho lugares diferentes en los que transcurre la compleja estructura de este monumento teatral, cuya capacidad de simulación abarca desde un acantilado hasta el interior de una capilla: «No cabe plantearse una resolución naturalista, con una visión casi wagneriana, como se hizo cuando se estrenó», asevera Facio frente a este artilugio mastodóntico. A eso también contribuirá la presencia de Manuel de Blas, una bestia de la escena, como Montenegro: «Cuando se hace un personaje de estas características no puede encarnarlo un actor con la edad real, porque con dos funciones ya estaría muerto. Y dentro de la escala de intérpretes con sus condiciones, Blas era el más apropiado». Gran parte del reparto nació en las tierras donde transcurre el drama. Ellos prestarán su cadencia y acento a la tropa de criados y mendigos que envuelven a la hidalga familia, quienes hablarán un perfecto castellano: «Porque estaba mal visto entonces que la clase pudiente se expresara en gallego».
   Franqueza (y escasos pelos en la lengua): capacidad que demuestra sobradamente Facio, especialmente al manifestar que la función de la primera parte de la trilogía (Cara de Plata), que recientemente estrenó el Centro Dramático Nacional, partía de una lectura «un poco gratuita»: «A lo mejor me dicen que soy muy primitivo, pero creo que si hay paraguas abiertos sobre el escenario debe llover», confiesa. Él, para compensar, parte de «una voluntad de realismo y cercanía».
   

ENTREVISTAS

Entrevista a Lucia Quintana
http://www.premiosmax.net/premax/actualidad/teatro/entrevista

Después de interpretar durante año y medio a Manolita, la hija de Las bicicletas son para el verano, Lucía Quintana (Valladolid, 1975) se ha metido en la piel de 'La Pichona', la amiga de Cara de plata en el nuevo montaje de la obra de Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional, que se ha representado hasta el 20 de febrero en el Teatro María Guerrero de Madrid. Y la actriz, que recibió el pasado julio el Premio de Teatro Provincia de Valladolid, está encantada con su nuevo papel de una mujer independiente. Con una larga experiencia jalonada de personajes de autores clásicos y contemporáneos, ya que se subió a un escenario por primera vez cuando tenía 11 años, ha trabajado en series de televisión, como Policías o Living Lavapiés, y últimamente se ha asomado al cine a través de tres cortometrajes.

- ¿Cómo es 'La Pichona'? Es una mujer muy libre, muy independiente y tiene una relación muy bonita con 'Cara de plata'. Es un papel precioso.

- ¿Un papel muy distinto a la Manolita de Las bicicletas son para el verano?

- Son dos mujeres completamente distintas, pero tienen en común ese deseo de libertad que las distingue en la época que les ha tocado. Manolita logra ser actriz en 1936, mientras que 'La Pichona' es una prostituta que vive como puede. Las dos son ejemplos de mujeres con carácter muy interesantes de interpretar. Saben lo que quieren y eso es muy de agradecer Hay personajes maravillosos en el teatro español, pero como muchos no se adaptan a la edad, es una alegría poder hacer algunos de ellos. Además, así ha añadido una prostituta a su galería de personajes. En la Escuela de Arte Dramático hice algún trabajo de Bertold Brecht, pero esta es una prostituta muy especial, solo cuando quiere y como quiere, que tiene un profundo respeto por sí misma.

- ¿Es su primer encuentro con Valle-Inclán?

- Sí, aunque he hecho cosas muy variadas, nunca había interpretado una obra suya. Además, este montaje es muy diferente a lo que es habitual con las obras de este autor.

- ¿Por qué es diferente?

- Casi siempre que se pone en escena a Valle-Inclán, como si se siguieran unas normas no escritas, se hace con una idea costumbrista o folclórica. Sin embargo, la de Ramón Simó -el director de la obra- no tiene nada que ver con eso, ya que se parte de personajes que aparecen con sus contradicciones, miserias y conflictos. De esta forma, consigue que el paso de las situaciones cómicas a las muy trágicas sea natural, sin baches. Es decir, ha huido de las exageraciones para centrarse en el texto y en lo que les pasa a los personajes, que son cosas muy gordas. Y es una obra que tiene muchos personajes. Somos 24 actores, entre los que están Chete Lera, que hace de Montenegro; Jesús Noguero, Cara de plata, y Bárbara Goenaga. También trabaja un actor de Valladolid, Andrés Ruiz, que ha acabado este año los estudios.

- ¿Ha sido muy difícil entrar a formar parte de este reparto de lujo?

- No, ha sido una de esas suertes que se dan solo una vez en la vida el que después del año y medio tan intenso con Las bicicletas son para el verano me llegue un papel como éste. Además, el día que había decidido que iba a llevar el currículo al Centro Dramático Nacional me llamó el director, que me había visto en otra obra, para decirme que quería hacerme una prueba. Y estaba tan contenta, que salí a hacerla completamente relajada.

- ¿Hace planes de futuro?

- Estoy convencida de que en esta profesión hay que vivir el presente, porque unas veces te llaman para muchas cosas que tienes que decir que no, como un programa de humor, y otras no te proponen nada. Así que lo mejor es disfrutar con lo que estás haciendo y no pensar en lo que traerá el futuro.También el cine ha dejado ya de ser su asignatura pendiente. Sí, aunque sea a través de cortometrajes. He participado en tres, La canción de Marta, dirigido por el pintor palentino Abbé Nozal y que ha sido seleccionado para participar en el Festival Independiente de Nueva York; Diario de un desamor, de Patricia Campo, y otro que he rodado en San Sebastián, Anzuelos. Así que el largo ya llegará.

Medio: La Nueva España
Entrevista de Elena Sendón.
Autor: Saúl Fernández

«Con Romance de lobos me he puesto la peluca, como decimos los actores»
Ramón del Valle-Inclán regresa a la escena. Esta semana se estrenó en el teatro Español de Madrid Romance de lobos, una de las «Comedias bárbaras» del escritor gallego que dirige y adapta Ángel Facio. Este espectáculo cuenta con un reparto de más de treinta actores, entre ellos la avilesina Elena Sendón. Es la primera producción dramática del teatro municipal madrileño desde que Mario Gas asumiese su gestión hace poco más de un año.
La familia de Elena Sendón es muy conocida en Avilés. La actriz, a pesar de haber nacido en Oviedo, siempre se ha considerado avilesina. Muy joven, llegó a Madrid, donde debutó a comienzos de los sesenta con un texto de Joaquín Calvo Sotelo. Ahora, en el Español, interpreta a Micaela la Roja, la «tata» que ha criado a don Juan Manuel de Montenegro, papel que encarna Manuel de Blas.
-¿Qué tal tras el estreno?
-Encantada. Adoro a Valle-Inclán y nunca había tenido la oportunidad de trabajar con un texto suyo. Hacer de Micaela la Roja, la criada de don Juan Manuel de Montenegro, es verdaderamente un placer. Soy viejita, nací en 1941, pero no tanto como mi personaje, de unos ochenta años. Por fin, como se dice en este trabajo, me he «puesto la peluca».
-Estrenaron este jueves.
-Amigos míos que no tienen nada que ver con este mundo del teatro comentaban que una de las maravillas de este montaje es el «casting». Somos treinta y seis actores en escena bajo una dirección de alto nivel, la de Ángel Facio. A esto hay que sumar una escenografía perfecta y un vestuario de Begoña del Valle capaz de reproducir la Galicia más profunda sin caer en los tópicos. Estoy de verdad muy contenta de participar en este montaje.
-¿Cómo fue la primera toma de contacto con el público?
-Todavía no he leído ninguna referencia, pero los actores lo sabemos cuando estamos sobre el escenario: ha sido un estreno cálido, no querían dejarnos marchar.
-¿Cómo es trabajar para Mario Gas y en una producción tan importante?
-Desde que llegó Mario Gas a la dirección del Español la programación ha tomado un rumbo que me parece muy adecuado. Esta obra de Valle es la primera que produce íntegramente. Hizo una zarzuela de Sorozábal poco conocida, pero ésta es la primera ocasión en que se lanza de verdad al teatro. Da mucho gustirrinín trabajar en un montaje como éste, por la calidad y el esfuerzo integrados.
-¿Hasta cuándo se les podrá ver en el teatro Español?
-Ya sabe que la programación de un centro como éste es fija. Vamos a estar hasta el próximo 15 de mayo, coincidiendo con la festividad de San Isidro. Todavía no se ha planteado salir a provincias. De hacerlo, tendría que ser a sitios muy concretos, dadas las dificultades de la producción: mover la escenografía, más de treinta actores ...
-¿Cuándo se hizo actriz?
-Pienso que nací actriz, luego las circunstancias vitales hacen que te centres más o menos en esta vocación que una tiene. Debuté en 1962 en un montaje dirigido por Manuel Dicenta y que se titulaba «Las chicas del taller», de Joaquín Calvo Sotelo. Había dejado Avilés y Asturias cuando mis padres decidieron internarme en Madrid, para hacer el Bachillerato y para estudiar en el Conservatorio de Arte Dramático. Desde lo de Calvo Sotelo no me bajé de la escena en veinte años. Hace poco retomé la carrera que había aparcado por razones privadas. Durante un año interpreté a la asturiana de «Ninette y un señor de Murcia». El año pasado, Mihura, una comedia, y ahora una tragedia como ésta de Valle-Inclán.
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Entrevista: Bárbara Goenaga
Autor: Roberto Herrero
Medio: Diario Vasco.com. Gente
Fecha: 25 enero 2005

«Los actores, hasta los más grandes, estamos siempre haciendo oposiciones»
La actriz donostiarra Bárbara Goenaga es una de las protagonistas de Cara de plata, la obra de Valle-Inclán con la que el Centro Dramático Nacional abre su nueva etapa bajo la dirección de Gerardo Vera. Goenaga repite así su colaboración con la compañía más emblemática del teatro español

Debutó como actriz a los tres años en un programa de Euskal Telebista. Esta obra es su segunda participación en un montaje teatral. Se estrenó con Historia de una escalera, la obra de Buero Vallejo. Hija del pintor Juan Luis Goenaga, dice sentir pasión por la pintura, pero reconoce que no vale para eso. Cuando se estrenó en el teatro el año pasado con Historia de una escalera, de Buero Vallejo, dijo que tocaba madera porque había tenido mucha suerte. Parece que la fortuna sigue de aliada.

-Yo creo que sí. Bueno, a ver, esto es una carrera de fondo en la que todos vamos poco a poco, pero es verdad que me considero muy afortunada. Por lo menos en este momento porque ya digo, dentro de un año puede que esté en el paró como lo he estado a veces y como a todos los actores nos pasa de vez en cuando. Pero es verdad que no me puedo quejar.

- Segunda aparición en escena y las dos con compañía de lujo, el Centro Dramático Nacional.

- Casualidad. La verdad es que muy bien, vamos a estar un mes representándola aquí en Madrid y estamos contentos. Lo que pasa es que no es un Buero Vallejo, es un Valle-Inclán que son palabras mayores en el teatro. Es más trabajo, cuesta más, pero ahí estamos. Y está gustando a la gente, que es lo que importa.

- ¿Habrá gira?

- Pues no lo sabemos. De momento tenemos comprometida una plaza, que es Pamplona, donde estaremos el 26 y 27 de febrero. Para hacer una gira es una función complicada porque somos 24 actores, más todos los técnicos. Es mucha gente para moverla de un lado para otro.

- ¿Tan diferente le parece trabajar con una obra de Buero que con una de Valle?

- Hay muchas diferencias, por ejemplo en el texto. Buero tenía una manera mucho más coloquial, mientras Valle es mucho más poético, parece que estás cantando cuando dices una frase. Es más difícil de decirlo, pero las dos obras que he interpretado me parecen que son grandes textos del teatro español. Otra diferencia que vivo ahora es que mi papel tiene mucha más presencia que el anterior, lo que también implica mayor responsabilidad.

- En Cara de plata, la tercera de las Comedias Bárbaras, situada en la Galicia rural de finales del siglo XIX, usted es Abelita.

- Es una chica joven, con muchas contradicciones, que se enamora de la persona que no conviene, lo que lleva a enfrentamientos familiares y ahí se monta el gran lío.

- ¿Cómo se ha enfrentado a ella a la hora de subirla al escenario?

- Lo que más destaca del personaje es su contradicción personal todo el tiempo. Ella sabe lo que quiere todo el tiempo, ese amor prohibido, pero intenta quitárselo de de la cabeza todo el rato. Dice sí y es no, dice blanco y luego negro. Continuamente, cada diez segundos y en cada frase que tengo se nota. Eso es lo que más que ha costado porque es un personaje de mil caras.

- Valle es un autor que todos elogian, pero que pocos se atreven a montar por su dificultad.

- Me he dado cuenta que es verdad. Hablar de Valle-Inclán o de sus representaciones es entrar en camisa de once varas. Yo no me atrevo. No es una obra clara que cuando la ves todo el mundo ve lo mismo. En esta obra Ramón Simó, el director, como todos nosotros lo que hemos intentado es con toda la tragedia que tiene, hacerlo también divertido, cómico y con mucha fuerza.

- Con su estreno teatral consiguió buenas críticas y hasta la Unión de Actores le dio el premio a la mejor actriz de reparto. ¿Dispuesta a superarlo ahora?

- A veces pienso que me conformo con demasiado poco, pero creo que de lo que se trata es intentar todo el rato hacerlo lo mejor que podamos y punto. No hay más misterio en esto de actuar Yo con tal de seguir trabajando en esto a mí me vale. Me da igual que me critiquen más o menos, mejor o peor Los actores estamos todo el rato en eso, cara al público.

- ¿Tanta prevención es un consejo de sus compañeros veteranos o es su carácter?

-Es por lo que veo, me tienen que llegar los palos. También me han dicho algunas cosas malas, pero esta profesión es así.

- En un comentario sobre Cara de plata en la prensa se referían a usted como «la televisiva Bárbara Goenaga». ¿Qué le parece?

- No me importa. Quizás sea muy ilusa, pero es que a lo mejor sólo me ha visto en series de televisión. Y la verdad es que he hecho más televisión que otra cosa.

- ¿Con estos dos trabajos en el Centro Dramático Nacional cree que ha conseguido un lugar importante entre las actrices jóvenes?

- Lo que pasa es que vemos todo el rato que en esta profesión no hay ninguna seguridad, estamos todo el rato de oposiciones. Y eso lo veo conmigo y con todos, con los más grandes también. Supongo que para mí estos dos trabajos sí me valen, pero para los demás creo que no porque siempre hay que empezar desde cero.

 

Entrevista a Ángel Facio
Fecha: 04-04-05
Medio: http://aena.lanetro.com

Ángel Facio, su director, había intentado subir este montaje a escena hace ya muchos años, en la ciudad polaca de Lodz. Es la tercera producción del Teatro Español desde que Mario Gas se hiciera cargo de su dirección, y responde al deseo de representar la obra de un autor español emblemático, en este caso universal, y también a la necesidad de recuperar para el teatro –en palabras de Gas- ‘a uno de los monstruos de nuestra escena’. Facio, agudo y locuaz, respondió con firmeza y humor acerca de sí mismo y de la obra que ha sido su objeto de deseo durante años.

El teatro y sus actores.
'Cuando miro a mi compañía en el escenario del Teatro Español, siento que debo alegrarme por el acceso al poder del teatro independiente. Y ya era hora: nos ha costado unos cuantos años, pero por fin estamos aquí y con un trabajo serio, al que le hemos dedicado el tiempo que precisa un montaje de estas características. Por otro lado, dentro del conjunto de los intérpretes hay un grupo que son de Murcia, otros de Galicia, de Zaragoza... una especie de pequeños núcleos que se han ido sumando hasta los 36 actores actuales, los cuales han demostrado una voluntad de trabajo en equipo ejemplar'.
Valle.
'Estoy detrás de Valle desde el año 1959. Esta función la intenté hacer en Polonia en 1989 y tampoco pude, porque tenía muchos actores; más que una compañía parecía una tribu. Y por fin, a la tribu, nos apoyó el Español. Y no creo que haya otra razón para hacer a Valle. Es como decir, ¿por qué haces a Shakespeare?. No, no, yo preguntaría otra cosa: ¿por qué haces a Moratín? Eso sí me parece grave'.

La versión.
'He recuperado íntegramente la versión que hice de Romance de lobos para Lodz, aunque evidentemente las circunstancias de allí eran muy distintas a las de aquí. Obviamente, en Polonia no tenían ni idea de quién era Valle-Inclán, y mucho menos sabían del argumento de las dos primeras partes de la trilogía, con lo que la acción se quedaba un poco coja, sin referencias de lo sucedido ni de los personajes. Por ello me propuse recuperar algunos fragmentos de las dos obras anteriores e incluirlas en Romance de lobos con el fin de hacer inteligibles algunas de las situaciones y eliminar las reiteraciones'.
La espera.
'Yo no he decidido volver al teatro ahora porque nunca decidí marcharme de él. Si hasta este momento no he estado trabajando es porque nadie me quería. Durante un tiempo estuve peleando por organizar una compañía estable en Murcia y si hubiera surgido la posibilidad allí me hubiera quedado, que es un sitio muy tranquilo donde se come muy bien, pero como no me querían tampoco en Murcia me tuve que venir a Madrid, mi pueblo, a ver si aquí tenía un poco de suerte y podía hacer algo. Gracias a Mario, que me tendió la mano, aquí estoy de nuevo, en el teatro que nunca abandoné, sino del que me echaron. No sé de dónde, pero me echaron'.

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El Pasajero, nº 21, primavera  2005

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